Al cabo de 2 semanas de vacaciones, entre gritos, viajes, carreras de aquí para allá, amontonamientos, regalos, abrazos, alegrías y alguna que otra tristeza, recupero apenas el día de hoy el ritmo de mi vida.
Casi me desconecté por completo en esos 14 días, y ¿que ha pasado?, no mucho.
López Obrador preguntó al TEPJF que actividades podía hacer como candidato único, este determinó mejor remitirlo al IFE, que respondió entre otras perlas que “...no es posible jurídicamente hacer un catálogo más o menos exhaustivo de lo que puede o no realizar un precandidato único… la única limitación que es posible establecer, es la que supone el llamado al voto por sí mismo en contra de los otros candidatos”. No, pues sí. Ah, se me olvidaba, también tuvo a bien resolver que se pueden realizar mítines, pero sin llamar al voto.
EPN sigue en su feria de desatinos. Un día no sabe si es candidato o precandidato, otro descubrimos que ya no solo su inglés es deficiente, sino que también parece fallarle al náhuatl. Se debate, si es una estrategia para acaparar medios, o bien si es simplemente su limitada capacidad para actuar fuera de libretos.
Las precampañas de Creel, Cordero y Vázquez Mota continúan como empezaron: grises, desangeladas y cursis, las agencias que manejan su imagen, parecen empeñadas en conseguir algún trofeo al peor anuncio en TV, conectan quien sabe con quien, con quien sabe cual mensaje, apelando a quien sabe que emociones, destacando quien sabe que cualidades claras de cado uno. La ventaja así, que supone aparecer en medios, en spots (a diferencia AMLO y EPN) se esfuma.
También en Coahuila hace aire, el gobernador Moreira (Rubén) ahora dice que va a cerrar todos los tables del estado, porque “representan un atractivo para los delincuentes”. Como señora copetuda podría estar de acuerdo con la medida, apelando a alguna supuesta moralidad, pero la verdad es que es una ocurrencia más. Ni la desaparición de los tables, ni la regulación más estricta que también anunció el gobernador, en contra de las bebidas alcohólicas va a lograr menguar la delincuencia organizada, en tanto que no se logre remover la red de complicidades y corrupción dentro del aparato del estado. Para no variar y no extrañar nuestras costumbres, noche buena y navidad las recibimos con balaceras en la capital del estado.
A veces en este, nuestro país, parece como que se detiene el tiempo. Seguimos discutiendo lo mismo que al menos hace 10 años (sino es que más). Por eso no me extraña que en estos 14 días sigamos igual. ¿Habrá algún momento en que las cosas se empiecen a mover en este país?, ¿porque seguimos atrapados en los mismos dogmas de siempre?, ¿porque anclarnos a un pasado que solo a la clase política conviene?.
P.D. Les deseo un feliz 2012. Que cumplan sus propósitos y que sean más felices que en el 2011. Lo mejor para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario