Luego de varias generaciones de mexicanos que hemos crecido bajo la crisis política, económica ysocial, frustrados y atrapados bajo los gobiernos del PRIAN, al fin nos liberaremos para iniciar unarelación honesta y fraterna con el gobierno progresista, con la República Amorosa.
Las formas horríficas de dar muerte a inocentes o culpables durante esta guerra interna quedetonó Prialderón, nos ha obligado pero no acostumbrado, a vivir bajo la cotidiana noción de losactos más depravados. Ha sido un factor vital para la profunda reflexión habida y nombrada en eltítulo de este texto.
Cada cuál ha servido a su manera al malévolo dentro del sistema.
Si la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ejemplo, actuara en base a intereses personaleso políticos, si los ministros de la corte contasen con almas vendidas a la ambición, esta falta deescrúpulos es (o sería) naturalmente, algo muy grave.
La simulación de una captura, las escenas montadas de presuntos (o verdaderos) criminales, losguiones mediáticos que no son producto de la realidad, es decir, la flagrante manera en la quetergiversan ésta ante el espectador, que mienten a la población gobierno y medios, no es dedemócratas sino de fascistas.
La población necesita recobrar la fe en la virtud de quien gobierna.
Por ello hemos pasado de ser observadores a exigir la limpia de esta vida pública tan podrida quehabiendo adquirido consciencia cívica es normal nos avergüence.
Los apáticos despiertan, los desinteresados en anteriores elecciones debutarán como ciudadanosresponsables, solidarios, y votarán en el 2012. Por primera vez quizá, como me lo confesó unaamiga que ahora sí ejercerá su sufragio por la regeneración nacional, “por la necesidad de unatransformación que reivindique a México”.
Votantes indecisos suman sus voluntades al cambio.
Se percatan y convencen que si no cambiamos el régimen caduco que tenemos no nosdesprenderemos de las garras de ese aparato autoritario, lobuno, que se nos ha presentadocon piel de cordero. Que ha permanecido activo maniobrando desde pilares jerárquicos sin darprioridad a la felicidad, no efímera sino duradera, del pueblo.
Encontraremos en nuestra aportación para conquistar la libertad la igualdad la justicia y losderechos humanos, la salida para la penosa situación colectiva nacional histórica salpicada deentes corruptos sin ningún control, como bacteria depredadora.
Ganaremos la batalla. Iniciaremos el tratamiento para sanar, para erradicar el influjo maligno quese había resistido a dejar de correr por las venas de la nación, hasta que llegó el mes de Julio delaño 2012.
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