Ayer domingo, al localizar un canal de televisión me detuve unos momentos en el canal de las estrellas porque vi a Chabelo. Con muchos, muchísimos años encima, tantos que yo lo veía de chiquita cuando él ya era grande, sigue alegrando a familias y niños con juegos y ocurrencias. Desafortunadamente, también sigue prestándose a la propaganda de productos chatarra.
Lo que más me sorprendió es que ahora Carlos Slim, dueño de Sanborns, compita con las cadenas norteamericanas de comida chatarra como si no tuviera los millones de dólares que lo hacen el segundo hombre más rico del mundo.
En un país donde la pobreza y el alto índice de obesidad infantil alarman, no es posible que el gobierno no pueda frenar la promoción de alimentos perjudiciales para la salud.
Slim introdujo a sus Sanborns cajitas NO FELICES, idénticas a las de marcas nortemamericanas, y Televisa las promueve usando a Chabelo.
Con papas fritas, molletes engrasados, paletas de chocolate, refrescos, nuguets de pollo engordado con maíz transgénico y hormonas, hamburguesas de carne y queso, y bastantes sobrecitos de salsa catsup, Carlos Slim, Televisa y Chabelo atraen a los niños para que sus padres los lleven a "desayunar" a un Sanborns.
Estas acciones que a simple vista parecen intrascendentes revelan que en estos momentos no existe una autoridad moral en el poder que detenga la voracidad de empresarios y medios de comunicación, cuyo único objetivo es el lucro y no el bienestar del pueblo y del país.
Hace falta un buen gobierno que tenga como bandera la honestidad y el amor a la patria. Prueba de ello es que este mismo multimillonario tuvo un comportamiento muy distinto cuando Andrés Manuel López Obrador fue Jefe de Gobierno del D.F. Ahí colaboró con el rescate de la ciudad, se interesó por nuestra historia y nuestra cultura, es más, él mismo tiene una gran colección de obras de arte.
¿Qué le pasa ahora? ¿Alguien piensa que Slim tiene necesidad de perjudicar la salud de los niños por obtener más dinero del que tiene? Claro que no, lo hace porque no hay una autoridad moral que lo lleve a reflexionar que si no cuidamos a nuestros niños no habrá futuro.
Recuerdo a Carlos Slim en otro plan. Puedo decir que hasta entusiasmado con los proyectos en beneficio de la gente, de la comunidad y del país que le propuso López Obrador.
El poder y el dinero transforman a las personas cuando no tienen una base espiritual que les permita alejarse de la vida material para encontrar satisfacción en la ayuda, el respeto y el amor a los semejantes.
Así andan de avorazados los grandes empresarios en estos momentos de crisis ética por la que atraviesa el país.
Qué se puede esperar con un gobierno usurpador, corrupto, cínico pero sobre todo, inmoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario