La llegada de 1 200 efectivos estadunidenses a la frontera con México es una medida equivocada si realmente se pretende combatir el narcotráfico y el crimen organizado. La cooperación que México necesita de parte de Washington no es la militarización de la frontera, porque sólo acarreará mayores violaciones a los derechos humanos de los inmigrantes mexicanos, y nulo o poco impedimento al trasiego de drogas.
Si los vecinos del norte quisieran combatir el narcotráfico podrían empezar con medidas más efectivas, como el desmantelamiento de las redes de lavado de dinero que operan en su país, la detención inmediata del tráfico de armas hacia el nuestro, la investigación de operaciones que permiten la distribución de drogas dentro de su territorio - no olvidemos que Estados Unidos es el primer consumidor a nivel mundial -, y otra que no han intentado, la aplicación de leyes internas que acaben con la corrupción dentro de sus cuerpos de seguridad.No se explica cómo corre la droga por todo su territorio sin que el gobierno la detecte. Necesariamente debe haber complicidad y acuerdos, de otra manera la guerra estaría allá y no acá.
El éxito de las organizaciones dedicadas al narcotráfico se debe precisamente a que están muy bien organizadas. Ante el anuncio del reforzamiento en la zona fronteriza, seguramente encontrarán otro cause para hacer llegar el río de drogas a quienes la esperan ansiosamente. Este PERMISO del gobierno mexicano para que Estados Unidos avance en la militarización y la ingerencia en asuntos nacionales tendrá un costo muy alto para México y los mexicanos.
Colombia, Panamá, Honduras, Costa Rica y México están contribuyendo, desgraciadamente, a un retroceso en América Latina al permitir que Estados Unidos adquiera posiciones estratégicas para la ingerencia militar.
La soberanía de los países latinoamericanos debe ser respetada por los Estados Unidos para evitar que se detone una guerra de adeveras. Las medidas que tendría que tomar el gobierno mexicano para combatir el narcotráfico y la violencia no deben ser coercitivas sino todo lo contrario. Hay que brindar educación a todos los jóvenes, que ninguno quede sin escuela, hay que mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos, respetar los derechos laborales de los trabajadores y echar a andar la industria nacional, reactivar el campo y aumentar el presupuesto para la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura. Nada de lo que está haciendo el gobierno federal va a servir para detener la violencia ni para impedir que la droga siga siendo enviada a los grandes consumidores. Eso nos queda claro a todos.
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