miércoles, 17 de noviembre de 2010

Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto PRD: ¿Rumbo a la debacle?


Fracturado, dividido, con figuras y corrientes enfrentadas hasta el encono, el mayor partido de la izquierda mexicana parece enfilarse al despeñadero, en un proceso que de aquí al 2012 lo llevaría a perder sus bastiones y a pulverizarse en varios partidos pequeños y segmentados. No se ve con qué liderazgo conductor o cuál discurso cohesionador los perredistas puedan resolver los conflictos que les estallan por todos lados, mientras ellos mismos, desde sus cúpulas, se lanzan ataques y ofensivas entre correligionarios.
Si López Obrador torpedea desde Toluca la alianza del PRD con el PAN, golpea a Jesús Ortega y a su grupo, que promueve esa alianza, pero también le pega a Marcelo Ebrard al promover una candidatura alterna de los dos a partidos ligados de origen a los Salinas, el PT y Convergencia, que al dividir el voto opositor favorece, voluntaria o involuntariamente, al abanderado del PRI y a Enrique Peña Nieto. Así, la división perredista en el Edomex se presta también a que Carlos Salinas opere desde las sombras y le cobre viejas facturas a la dupla Manuel Camacho-Marcelo Ebrard.
La encarnizada lucha perredista pasa también en su principal bastión político y electoral. Aun con el riesgo de perder, por primera vez en 13 años, la ciudad de México en 2012 —según sus propias encuestas—, tribus y líderes empezaron los golpeteos por la jefatura de Gobierno. Ebrard impulsa a Mario Delgado, pero corrientes como los bejaranistas promueven a Martí Batres, mal visto por Marcelo y acusado de usar recursos del GDF en su precamampaña.
También en el DF, López Obrador ya entró a la disputa, y el domingo pasado, el tabasqueño reunió a sus colaboradores y oficializó su apoyo al senador Monreal Ávila, para ser el candidato a jefe de Gobierno.
Si los perredistas se dividen, por primera vez en varios años están en peligro de perder la capital: sus propias encuestas les dicen que el PRI, con el efecto Peña, y una eventual dupla entre Beatriz Paredes y el gobernador mexiquense en 2012, le ganaría en votación a un fracturado PRD. ¿Tendría alguna posibilidad el PRD de pelear la Presidencia en 2012 si pierden el DF?
Guerrero es otro bastión que peligra. La elección del priísta Ángel Heladio Aguirre como candidato del PRD hizo que el gobernador Zeferino Torreblanca le retirara su apoyo al sol azteca. Ahora Torreblanca, un empresario que nunca acabó de integrarse al perredismo, apoya al candidato del PRI, Manuel Añorve.
En Baja California la ruptura del perredismo augura derrota. La pugna entre Narciso Agúndez y su antecesor Leonel Cota se dio cuando el gobernador impuso a su delfín, Luis Armando Díaz, y el ex gobernador Cota se lanzó por el PT y Convergencia a la alcaldía de Los Cabos, mientras el “gallo” de Los Chuchos, Marcos Covarrubias, terminó de candidato del PAN.
Si a todo eso se suma el desgaste del PRD por la violencia en el estado, el escándalo del medio hermano del gobernador Leonel Godoy vinculado a La Familia Michoacana y la ofensiva que desde Los Pinos ya comenzó la familia Calderón y encumbrados panistas para apuntalar la candidatura de Luisa María Calderón al gobierno michoacano, la conclusión es clara: si el perredismo sigue por la ruta por la que va, de aquí a 2012 perderá una a una las posiciones de gobierno que le quedan y con las fracturas se debilitará, y junto con él, la izquierda atomizada serán solo partidos testimoniales en las presidenciales.

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