Acabo de regresar de la conferencia de prensa en donde Carmen Aristegui, la mejor periodista de México, dio su posicionamiento respecto al brutal y autoritario despido de ella y de su equipo de trabajo de MVS.
Ver llegar a Carmen a Casa Lamm --lugar por otro lado incapaz de albergar a tantos periodistas y colados y con pésima recepción de señales de Internet y telefonía- fue para mí el equivalente a conocer a una estrella de rock, digamos, a Janis Joplin, o alguien de ese calibre. De ese tamaño es el prestigio y el carisma de la dama pálida y petite que domina los niveles de audiencia radial en cualquier estación en donde lleve a cabo su labor.
Pero lo importante fue la posición certera, fuerte y digna que asumió la periodista: sin lugar a dudas dejó en claro que las presiones que condujeron a su despido provinieron directamente de Los Pinos, debido a los cuestionamientos duros, pero perfectamente permitidos dentro del marco de la libertad de expresión de cualquier ciudadano de México.
Después de emitir fuertes críticas contra el duopolio televisivo que tan dañina influencia ha tenido en nuestro país, Carmen ofreció una salida al dueño de MVS, Joaquín Vargas: volver a transmitir su programa a partir del próximo lunes y limpiar su imagen borrando el comunicado en donde se trata de ensuciar su imagen como periodista ética sustituyéndolo por otro, lo cual "tácitamente" reconocería las presiones provenientes de Los Pinos, tanto por el asunto de la renovación de las concesiones del espectro radial de MVS como por una rabieta de quien se ostenta como presidente de la república.
Carmen, una mujer sumamente inteligente, ha puesto en jaque tanto a MVS como a Los Pinos. Si MVS la recontrata, aceptará qué la despidieron atentando contra sus propios intereses no por alguna falta de la periodista o por bajo rating, sino por "quedar bien" con el visceral gobierno calderonista. Si la empresa del ahora repudiado en redes sociales Joaquín Vargas la deja sin empleo, demostrarán ser unos peleles de Calderón, unos tipos despreciables que cuidan ya ni siquiera sus intereses económicos, sino sus privilegios.
Y de cualquier manera pierden los panistas de sangre autoritaria en Los Pinos: si regresa Carmen quedarán exhibidos como unos represores en ciernes que detestan la libertad de expresión y sólo toleran la "crítica" a modo o light de tipejos como Pepe Cárdenas o Ciro Gómez Leyva. Si Carmen pierde definitivamente su espacio en MVS, quedarán exhibidos, a nivel mundial, como un régimen que ha dado el paso a la represión y al totalitarismo que tanto disfrutan los gobiernos de derechas en el mundo. Y a Aristegui, sin dudarlo, no le faltará algún lugar en donde continuar con su labor informativa, ya que tiene el prestigio y la audiencia para triunfar en donde sea que se presente.
Y es que como dijo Aristegui, no se pueden seguir perdiendo los pocos espacios en donde existe la libertad de expresión en nuestro país. Ni un paso atrás Carmen. Estamos contigo.
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