viernes, 4 de febrero de 2011

Día crucial para el presidente Mubarak-- Redacción/Notimex |


Las protestas contra el presidente egipcio Hosni Mubarak reciben hoy un nuevo impulso con la celebración del día de descanso en el islam, el viernes, y las convocatorias de manifestaciones por todo Egipto al salir de los rezos en las mezquitas.

En las últimas 48 horas el balance de víctimas asciende a 13 muertos y más de mil 500 heridos. Foto: AP
"Es el día de la despedida", afirmaron varios manifestantes contrarios al presidente mientras se dirigen a la plaza Tahrir, donde tras las plegarias se manifestarán en lo que desean que sea la estocada final del actual régimen.

Tras una noche relativamente tranquila, los egipcios se despiertan rezando para que hoy no se cumplan los pronósticos más pesimistas: un enfrentamiento abierto que derive en una posible guerra civil.

El temor es evidente, un derramamiento de sangre producto de los choques entre el millón de manifestantes en contra de Mubarak y los jóvenes que en los últimos días defienden al régimen a base de pedradas y disparos.

En las últimas 48 horas el balance de víctimas asciende a 13 muertos y más de mil 500 heridos, cifra que podría llegar a dispararse si se cumplen las previsiones más funestas.

"A mi me han pagado para venir", dijo uno de los adolescente que siembra el pánico entre los periodistas occidentales, blanco de sucesivos ataques y agresiones por parte de los militantes oficialistas.

Al menos 20 periodistas fueron detenidos la víspera e interrogados, mientras que otro número similar denunció abusos de algún tipo e incluso agresiones físicas, una política que ha sido duramente condenada por la secretaria de Estado estaddunidense, Hillary Clinton.

La Plaza Tahrir se empezó a llenar desde primera hora de la mañana y en los tejados de la plaza eran fácilmente divisibles los francotiradores del ejército.

"No nos iremos de la república Tahrir hasta que Mubarak se vaya a su casa", comentó Jabal uno de los jóvenes anti-Mubarak que lleva varios días acampado en la ya famosa y mediática plaza, principal escenario de las protestas desde hace once días y de la manifestación del millón y que algunos no dudan en llamar la "Tiananmen egipcia".

En declaraciones a la cadena de televisión ABC estadunidense, el líder egipcio, que ocupa la presidencia desde 1981, afirmó que "está deseoso de irse" pero que teme que Egipto "caiga en el caos".

Mubarak reveló que presionado por el presidente estadunidense Barack Obama para que abandone el cargo de forma inmediata, le respondió que "usted no conoce la cultura egipcia. No sabe lo que pasará si me voy", refiriéndose a que el partido islámico ilegalizado Hermanos Musulmanes se hará con el poder.

Este partido, que alinea a millones de egipcios fundamentalistas y exige la dimisión de Mubarak antes de negociar una salida pacífica, se mantuvo al margen hasta ahora como grupo de las protestas, en la que sus seguidores sí participaron a título individual.

Estados Unidos negocia con funcionarios egipcios las distintas opciones para una transición rápida y efectiva que eluda el llegar a un baño de sangre, y Mubarak abandone Egipto.

El nuevo gobierno, indicó The New York Times, estaría encabezado por Omar Suleiman, mano derecha del presidente, y debería estar formado por todas las facciones incluida la islámica y tendría el objetivo de conducir al país a una reforma constitucional y elecciones libres en septiembre.

La solución que se baraja está pendiente todavía del apoyo del estamento militar, principal institución de Egipto y sin la cual será imposible realizar las reformas.

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