El día de ayer Andrés Manuel López Obrador marcó su postura definitiva respecto a las aspiraciones de los actuales dirigentes del PRD de realizar una “consulta” ciudadana para imponer a las bases del partido una alianza, IMPOSIBLE, con el PAN y contender por la gubernatura del Estado de México con un candidato afín a los intereses de los dirigentes.
Por su parte, Alejandro Encinas, quien representa la propuesta del Movimiento que encabeza López Obrador para la contienda, aseguró que tampoco está dispuesto a participar en alianza con el PAN.
Andrés Manuel pidió licencia temporal al PRD en tanto duren los contubernios entre Jesús Ortega y Calderón. Alejandro Encinas sostuvo que no iría sin el PRD.
La postura de ambos es respetable y tiene sus matices personales, lo que no significa, de ninguna manera, una ruptura.
Andrés Manuel López Obrador en Iztapalapa fue capaz de voltear la elección, en menos de dos semanas realizó una enorme tarea de difusión y logró que el PT ganara porque eso implicaba que la candidata a delegada elegida por el pueblo, Clara Brugada, asumiera el cargo. Y así fue.
Alejandro Encinas está en todo su derecho de seguir luchando dentro del PRD para que el partido anteponga los ideales y principios que originaron su creación, y abandone la complicidad a la que se han prestado sus dirigentes con Felipe Calderón para diluir la posibilidad de un cambio de fondo en la vida pública de México.
Tanto la postura de López Obrador como la de Encinas representan un ejemplo para las bases, que definirán su voto después de reflexionar lo que les espera si en el Estado de México no cambian las viejas práticas priístas y panistas que mantienen al pueblo pobre mientras sus gobernantes se hacen inmensamente ricos, y además lo presumen.
Lo cierto es que la “consulta” ciudadana que proponen Ortega, Calderón, Camacho, y otros, ya tiene resultados: SÍ A LA ALIANZA.
Ya sabemos cómo se las gastan.
Pero da la casualidad de que la gente no quiere esa alianza y lo ha manifestado de todas las formas posibles, no sólo en las reuniones que sostiene con Andrés Manuel y Encinas, sino a través de las redes sociales, en los círculos de estudio, en las reuniones de amigos y en comentarios que hace en los medios de comunicación por Internet.
A simple vista parece que la moneda está en el aire pero no es así. Ningún candidato podrá superar las preferencias que ha logrado Alejandro Encinas.
Su negativa a participar con otro partido es una presión más para los dirigentes del PRD, ya que en caso de que su dichosa “consulta” resulte favorable a la alianza, perderán al candidato que les puede asegurar el triunfo, y dejarán al descubierto sus verdaderas intenciones.
Ahora sí que como gritan los mexiquenses por todos los municipios que hemos visitado:
¡Viva Alejandro Encinas!
¡Viva Andrés Manuel López Obrador!
¡No a la alianza espuria con Calderón!
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