Que Francisco Olvera tiene preparada toda la fiesta para mañana, cuando el Tribunal Electoral de la Federación desahogue el último recurso de la oposición y, supuestamente, confirme su triunfo en la elección de gobernador de Hidalgo del lejano julio.
Olvera y sus compañeros priistas se fueron a dormir convencidos de que, ahora sí, acabaron con su pesadilla: Xóchitl Gálvez.
Que la licencia de Andrés Manuel López Obrador al PRD ya trajo sus primeras consecuencias.
Por lo pronto, López Obrador regresará al Estado de México para acompañar en distintos actos a Alejandro Encinas, quien, se tenía previsto, en marzo tendría la compañía del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
Y el tabasqueño no se moverá de ahí hasta el último miércoles de junio, cuando concluyan las campañas.
Que el presidente Calderón parece haber iniciado una nueva dinámica en sus eventos, en los que ya no hay presídium.
Ahora ocupa la primera fila, al igual que el resto de los oradores, y los invitados únicamente pueden ver a quien desde el atril toma la palabra. Detrás del Presidente un elemento del Estado Mayor Presidencial ocupa un asiento en la segunda fila.
Que el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, recibió en su oficina de Xicoténcatl al diputado panista Manuel Clouthier, quien comentó que visitó al priista para aplaudirle por animarse a poner sobre la mesa el tema de la reforma fiscal, ya que “el grupo parlamentario del PAN no lo hizo”.
¿Cuántos panistas más piensan así?
Que a pesar de que el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros ha negado haber exigido como requisito indispensable para levantar las tres huelgas que mantiene en los yacimientos de Grupo México, el pago de 100 millones de dólares por “daño moral” a su líder Napoleón Gómez Urrutia, la realidad estaría diciendo lo contrario.
El sindicato afirma ahora que de las utilidades de Grupo México en los últimos tres años hay dinero suficiente para dar una “indemnización” a los líderes “por su labor y desgaste físico y moral”.
¡Eso es pelear por los derechos sindicales! Gómez Urrutia, por cierto, cumple seis años fuera de México
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