No sé si sea sabiduría natural o presentimiento del pueblo pero la figura elegida este año para la quema tradicional del Judas fue la de Enrique Peña Nieto.
¿Qué representa Judas en la religión católica?
¿El traidor, el que por unas cuantas monedas es capaz de voltear la espalda?
Con un letrero que decía: “LA MISMA RATA PERO MÁS GORDA”, vecinos del Centro Histórico, en el barrio de La Merced, quemaron la figura del político mexiquense en el ritual con el que se abre la Gloria, según la tradición religiosa.
No es de extrañar que la figura más quemada haya sido la de Enrique Peña Nieto. Surtió efecto el reguero de propaganda con su imagen por todo el país.
Sí, aunque parezca increíble semejante hazaña, los espectaculares de Enrique Peña Nieto ya inundan calles, carreteras y hasta caminos polvorientos por todo el territorio nacional. Por curiosidad conté ayer en sólo 20 kilómetros del periférico sur más de 60 espectaculares del candidato del “nuevo” PRI, el que promete un CAMBIO pero sin cambiar las viejas prácticas antidemocráticas de su partido.
El cambio que promete Peña Nieto es una gran mentira y por eso su figura ardió como Judas.
La semana pasada fue a prometerle a los veracruzanos que NO retirará al Ejército de las calles en tanto no se “restablezca” la tranquilidad. Y lo firmó como compromiso de campaña. ¿Cuál cambio ofrece entonces? ¿A qué tranquilidad se refiere?
¿Acaso Peña Nieto desconoce el incremento de recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos a las Fuerzas Armadas y de Seguridad por desapariciones, torturas y violaciones a civiles inocentes, y también considera daños colaterales los más de 60 mil muertos en este trágico sexenio?
Su discurso hueco y sus promesas falsas resultan ofensivas para un pueblo que sufre a consecuencia de los malos gobiernos priístas, y panistas, cuyo único fin ha sido enriquecerse y mantener su impunidad.
Fue un insulto para los pobladores de una de las regiones más pobres del país, San Juan Chamula, en Chiapas, que Peña Nieto llegara en helicóptero a realizar una visita ostentando derroche de recursos donde se carece hasta de lo indispensable para vivir.
Ese es el “nuevo” PRI.
Ese es el nuevo Judas.
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