lunes, 7 de febrero de 2011

Carmen Aristegui fuera de MVS. Mal día para la libertad de expresión-- Federico Arreola

Según el periodista José Cárdenas, @JoseCardenas1 en Twiter, Carmen Aristegui salió de MVS Radio por haber incumplido un ordenamiento interno de la empresa radiodifusora, y no por presiones del gobierno. No lo creo. Ni lo cree prácticamente nadie.


Cuando Carmen dejó W Radio se dijo más o menos lo mismo: que era una decisión empresarial. No lo creí. Ni lo creyó prácticamente nadie.


En mi opinión, la salida de Aristegui de W Radio tuvo que ver con su posición relacionada con el proceso electoral de 2006.


En mi opinión, la salida de Aristegui de MVS Radio tiene que ver con una pregunta que hizo, al aire, relacionada con si Felipe Calderón tiene o no un problema de alcoholismo.


Carmen, con respeto, hizo esa pregunta pensando en el bien del país. Inclusive, al plantearla dejó bien en claro que la hacía al margen de todo lo malo que se pudiera pensar acera de los legisladores del PT que habían dado a conocer, en la Cámara de Diputados, una manta cuestionando a Calderón acerca de ese tema.


Qué mala jugada del gobierno. No tiene nombre presionar a una empresa, en este caso a MVS Radio, para dejar fuera a una periodista que se ocupó, cubriendo todas las formas, de un tema que ha sido motivo de controversia en muchos espacios de opinión, sobre todo en las redes sociales de internet.


Esta vez la equivocación del gobierno ha resultado particularmente grave porque se dio en un contexto de críticas a los diputados del PT provenientes de distintos espacios de la izquierda intelectual y de la oposición política. En La Jornada, un muy importante diario de izquierda, se cuestionó a los promotores de la manta porque su protesta, tan vulgar, nada aportaba al debate. Y hasta el mismo Andrés Manuel López Obrador se deslindó de Gerardo Fernández Noroña, Jaime Cárdenas y Mario Di Costanzo por considerar que se estaban metiendo en el pantanoso terreno de la intimidad de Calderón.


Yo mismo me vi obligado a recordar que alenté el rumor, en mi opinión infundado, del alcoholismo de Calderón cuando, en 2006, respondí a un ataque que ese panista me lanzó en el noticiario radiofónico de Joaquín López-Dóriga.


No habían ganado los atrabancados y, en más de un sentido, atolondrados diputados del PT el debate sobre la manta que, claramente, injuriaba y aun calumniaba a Calderón.


Y Noroña, Cárdenas y Di Constanzo no estaban ganando ese debate en el programa de Aristegui en MVS Radio cuando esta brillante periodista simplemente preguntó si es real o no el problema de alcoholismo de Calderón (en mi opinión no lo es), y en el que pidió al gobierno dar una explicación acerca de ese asunto.


Ahora, la crisis, para el gobierno, será mayúscula. Porque Carmen es una mujer querida y respetada. ¿La van a callar? No lo creo. No faltará una radiodifusora que termine por abrirle sus puertas, y mientras eso ocurre, la señora Aristegui continuará con sus columnas en Reforma, con sus libros y con su programa de CNN en español (una gran empresa extranjera a la que presiona poco el gobierno de México). Y, si Carmen quiere, podrá llevar su talento, que es mucho, al absolutamente libre terreno de las redes sociales de internet donde ella brillará más que nadie.

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