lunes, 7 de febrero de 2011

TRASCENDIO

Que muy mal anda el oráculo priista. El inminente presidente del partido, Humberto Moreira, dijo: “En Guerrero nos va a ir muy bien”. Los aplastaron.

Después fue el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien pronosticó que harían la chica en Baja California Sur.

Como que les hace falta un buen pitoniso.

Que no dejaba de sorprender el entusiasmo que todavía anoche mostraban los priistas con su candidato a gobernador en BCS, Ricardo Barroso.

A pesar de que el PREP y las encuestas de salida lo ponían casi 15 puntos abajo del panista Marcos Covarruvias, los priistas celebraban haber pasado del tercero al segundo lugar.

Parecía, más bien, que querían salvar a su joven maravilla a como diera lugar.

Que pesarán los antecedentes de los aspirantes al cargo de ministro 11 de la Suprema Corte de Justicia.

Gelacio Pérez Dayán se opuso al desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

Mario Pardo Rebolledo, cercano a Manlio Fabio Beltrones, declaró la inocencia de Othón Cortés, acusado de ser el segundo tirador en el caso Colosio. Y Jorge Higuera amparó a diversas empresas contra ejecuciones fiscales supuestamente mal hechas por el gobierno de Mario Marín en Puebla.

Que los dirigentes del sindicato minero afines a Napoleón Gómez Urrutia buscaban información sobre la conferencia de prensa que dará esta mañana el líder disidente Carlos Pavón, por el primer aniversario de su organización.

Quieren hacerle “una visita de cortesía” y reventarle la conferencia.

Que el que trae la brújula extraviada es el líder del PT en la Cámara de Diputados, Pedro Vázquez González, quien no sabía que tres de sus “muchachos” reventarían la sesión del jueves con insultos al presidente Calderón.

Y es que en San Lázaro es vox pópuli que Gerardo Fernández Noroña, Jaime Cárdenas, Mario di Costanzo y Porfirio Muñoz Ledo se mandan solos.

Y si no lo hacen, parece.

Que a propósito de los hechos del jueves se espera para hoy un nuevo escándalo en un medio de comunicación.

En una estación de radio, para ser precisos.

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