jueves, 17 de marzo de 2011

Ciudad Perdida-- Grietas entre el PRD y el gobierno local-- No tienen madre los que me ubican en la derecha: Ebrard-- Miguel Ángel Velázquez

Para nadie resulta desconocido que entre el PRD nacional, el del Distrito Federal, y la jefatura de Gobierno de esta ciudad se han abierto grietas que los diferencian, que los han alejado y que incluso los enfrentan.

Por ello, en estos momentos cualquier tema resulta buen pretexto para que unos y otros se muestren los dientes. El pasado fin de semana, convocados por el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, se reunieron los diputados perredistas para discutir la ya muy controvertida iniciativa de ley para crear un organismo descentralizado que se encargue de la distribución del agua potable en la capital del país.

La discusión se inició con las explicaciones que requiere una ley de ese tipo para quienes tienen por obligación examinarla y para que se pongan en claro qué tantos beneficios puede traer a los habitantes de la metrópoli, o bien, qué tanto daño podría causar, en caso de que sus intenciones fueran en contra de una distribución justa.

Para los funcionarios allí reunidos, entre otros el jefe del sistema de aguas, Ramón Aguirre, dar las razones de la iniciativa era lo prudente. Marcelo Ebrard advirtió que si no se llegaba a un acuerdo y si no se aprobaba la ley, el problema para el siguiente gobierno sería muy grave. A mí –aseguran que explicó– ya no me queda mucho tiempo, y si no se hacen los cambios, se va a heredar el problema; mientras, Ramón Aguirre planteó un panorama de caos en el servicio a corto plazo.

Eran las cuatro de la tarde pasadas, y en las oficinas del gobierno central, los 10 diputados que se presentaron escucharon los argumentos, y luego reclamaron, entre otras cosas, que la propuesta de ley retire la facultad a la Asamblea Legislativa para fijar los precios del líquido, lo que consideraron inaceptable, pero, además, hallaron en la medida, según la percepción de los diputados locales, ciertas conductas de la administración capitalina similares al actuar del gobierno federal, y así lo expresaron.

En eso estaban cuando Marcelo Ebrard tomó la palabra para recalcar que el afán de la ley no era otro que el de aliviar de las cargas burocráticas al organismo encargado del asunto, y no la privatización que señala un artículo de esa ley, por el que se pretende vender el líquido en bloque a particulares para su reventa.

Aunque el titular del sistema de aguas del Distrito Federal, Ramón Aguirre, ha dicho que si el problema es ese texto simplemente se le quita y se acabó el conflicto, es ese párrafo el que ha logrado que algunos consideren que el jefe de Gobierno comenzó a caminar por los senderos de la derecha, con las concesiones que ha hecho a la iniciativa privada, rumbo que no aceptan, o dicen no aceptar, un grupo de legisladores.

Ebrard tomó la palabra y dijo, más o menos, que era injusto que se le tratara de comparar con los panistas. Lo que no se vale es esa comparación, y menos si viene de mis compañeros, y con dos dedos de las dos manos hizo la señal de comillas. ¡Eso es no tener madre!, les dijo el jefe de Gobierno, que tenía la vista fija en el diputado Víctor Varela, quien se sintió aludido.

La respuesta fue casi inmediata: Lo que no tiene madre, contestó el diputado por Iztapalapa, es su propuesta de ley. Se hizo un silencio tenso, y Alejandra Barrales, presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea, se hizo del micrófono para evitar una discusión mayor. Minutos después terminó la reunión.

Un solo acuerdo salió del encuentro. El martes el director del sistema de aguas de la ciudad, Ramón Aguirre, acudiría a la Asamblea para terminar la explicación que no concluyó aquella tarde, pero el martes Aguirre no se presentó, otros compromisos le impidieron asistir, aunque hay quienes aseguran que a la misma hora de la cita con los diputados, el funcionario tomaba su desayuno en el restaurante de un hotel por los rumbos del aeropuerto con diputados federales. ¿Qué pasó?

De pasadita

Si alguien piensa que lo que se pelea ahora en el PRD es la presidencia del partido, muy pronto verán que la verdadera manzana de la discordia es ¡la secretaría general! Ya verán.

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