martes, 26 de junio de 2012

El IFE tampoco lee-- POLIMNIA ROMANA

Lo mismo que el candidato del “nuevo” PRI, el IFE no acostumbra leer y menos las primeras planas del diario La Jornada, en las que generalmente se ventilan la ineptitud de los funcionarios públicos y la debilidad de nuestras instituciones.

A dos días del cierre de campañas y a cinco de la elección, se publica en la primera plana de ese prestigiado diario el PLAN MAESTRO DE LA MAESTRA para captar 5 millones de votos para su candidato favorito, que no es Quadri por supuesto, y evitar así un apretado 0.56% que hoy resultaría insuficiente para sentar en la silla presidencial al candidato que nos regresaría a un pasado que los mexicanos no merecemos revivir.

Aquí el sitio donde usted puede conocer los detalles del PLAN GORDILLO.

http://www.jornada.unam.mx/2012/06/25/politica/003n1pol

A pesar de que el IFE se hace de la vista gorda con este PLAN MAESTRO, y con muchas otras evidencias que revelan la violación a la ley electoral, la esperanza de un cambio no ha sido derrotada porque es verdad que la efervescencia y el ánimo de un sector muy grande de la población puede echar abajo cualquier plan por sofisticado que sea.

A mí me gusta analizar los rostros de la gente, lo hago a veces sin proponérmelo, y veo que quienes abarrotan plazas para apoyar a Andrés Manuel López Obrador, y a muchos candidatos de la izquierda, son caras que reflejan esa esperanza. No ocurre lo mismo con la mayoría de los que acuden a los mítines de Peña Nieto. Esa gente no se percibe integrada, no hay espontaneidad en sus gritos ni alegría en sus rostros. Algunos no saben ni a qué van. Mucha gente que es trasladada en camiones gratuitos acude para obtener lo que le regalan: tortas, refrescos, camisetas, gorras, dinero en efectivo, tarjetas telefónicas, etc. Aparentemente venden su voto pero si logran conservar su credencial de elector, puede ser que acudan el próximo domingo a las urnas a votar de manera secreta a favor de otro candidato.

La necesidad de la gente la lleva a aceptar lo que se le ofrece y no sólo eso sino que lo busca. Cuando no hay dinero en la bolsa ni para comer cualquier torta es bienvenida.

En el 2006 me contó una señora que hacía el aseo en varios departamentos de un edificio en una zona residencial que ella iba a las reuniones de todos los partidos y que les decía a sus patrones que votaría por el partido a que cada uno pertenecía, para no meterse en problemas ni perder su empleo, finalmente, me dijo que votó por López Obrador y que acudió a las marchas y a las concentraciones del Zócalo porque ese es su gallo. Estoy segura de que a mí sí me dijo la verdad porque se lo noté en la cara, cuando hablaba de él se le iluminaba la mirada, en dos ocasiones me buscó cerca del templete sólo para saludarme y para decirme que estaba ahí.

Así puede ocurrir con mucha gente que no tiene que entregar su credencial a cambio de regalos, con mucha gente que percibe la sinceridad en el rostro de nuestro candidato Andrés Manuel López Obrador, y que recibe regalos del PRI o del PAN siempre y cuando no le retengan su credencial de elector.

Ese plan está mejor que el de doña Agripina de la triste memoria. Hasta los maestros-mapaches pueden terminar votando por el cambio que le urge a este país. Si ella cambia de bando según le conviene, los maestros pueden hacer lo mismo porque indiscutiblemente a los maestros mexicanos les caería del cielo un cambio verdadero y un gobierno que los respete y les brinde la oportunidad de dignificar su profesión.

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