sábado, 30 de junio de 2012

“Mal precedente, si Austria nos presta el penacho de Moctezuma”


Reconoceríamos la propiedad de otros países sobre bienes ajenos, dice Eduardo Matos
Traerlo y luego regresarlo no está bien: debe permanecer aquí, porque es patrimonio de la nación sin importar la circunstancia o época en la que salió, reiteró el investigador del INAH

Según los artículos 27 y 28 de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, el llamado penacho de Moctezuma es propiedad de la nación, (estatus) inalienable e imprescriptibleFoto cortesía INAH
Ana Mónica Rodríguez

Periódico La Jornada
Sábado 30 de junio de 2012, p. 3
De concretarse el préstamo del penacho de Moctezuma por parte de Austria, México crearía un precedente negativo, por reconocer la propiedad de otros países y sus museos sobre los bienes que resguardan de otras culturas, manifestó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

Incluso, explicó el investigador a La Jornada, el adorno prehispánico elaborado con plumas y oro, no pierde su carácter de ser propiedad de la nación, a pesar de la época y la circunstancia por la cual haya salido del país.

En especial en este caso, subrayó Matos Moctezuma, no existe retroactividad, aunque el objeto prehispánico haya salido en el siglo XVIII, XIX o XX, porque es un bien nacional.

Considero que al traerlo al país y después regresarlo a Austria no está bien, porque si llega a este territorio debe permanecer aquí, debido a que es propiedad y patrimonio de la nación mexicana.

El investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología (INAH) es enfático al expresar que con base en los artículos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, vigente desde 1972, no cabe duda de que la pieza mencionada es propiedad nacional.

Por tanto, prosiguió, no importa si esta pieza fue un regalo de Moctezuma a Cortés en 1519 o si se trata de una pieza robada, vendida o que saliera del país por cualquier otro medio.

Las declaraciones del director fundador del Proyecto Templo Mayor surgen a propósito de la serie de trámites tendientes al préstamo, por parte de Austria, de la pieza mexica que actualmente se encuentra en el Museo Etnológico de Viena.

Sobre los términos del préstamo que permitirían que el penacho regresara a México, Matos Moctezuma manifestó que con base a los artículos 27 y 28 de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, el llamado penacho es propiedad de la nación, además es inalienable e imprescriptible.

El artículo 28, refiere Matos, especifica que son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y de la fauna, relacionados con estas culturas.

En un segundo aspecto, el investigador, señaló: “Actualmente el INAH ha promovido una serie de acciones tendientes a que Austria ‘preste’ a México en forma temporal el penacho de Moctezuma, para regresárselo posteriormente. Se ha presentado a la Cámara de Senadores un documento en el que, según fuentes periodísticas, no se contempla la propiedad del bien, sino únicamente la ida y vuelta del mismo, entre otras cosas.

“De ser aceptado por el Parlamento austriaco y de realizarse el ‘préstamo’, se crearía un precedente negativo.”

Esto, añadió, debido “a que los países que han solicitado el regreso de sus bienes arqueológicos extraídos de su territorio se verían expuestos a que los museos europeos y estadunidenses, principales poseedores de esos bienes, ya por la acción colonialista, especialmente durante el siglo XIX, ya por saqueos ilícitos en tiempos más recientes, vean la salida fácil de ‘prestar’ a esos países de forma temporal sus bienes con la condición de que los regresen”.

Incluso, dijo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha apoyado la posición de los países que pugnan por que sus bienes arqueológicos sean restituidos a los mismos.

El reconocido arqueólogo recordó que en México hay precedentes de bienes arqueológicos que han sido devueltos al país.

“Recordemos que uno de los primeros casos fue, paradójicamente, cuando Maximiliano de Habsburgo llegó a México y regresó una pieza prehispánica (un chimalli o escudo) como acto de buena fe.”

Después, prosiguió, “ya en el siglo XX tenemos varios actos de este tipo: cuando en 1982 un individuo robó de la Biblioteca Nacional de Francia el Códice Tonalámatl de Aubin, por lo cual se creó una tensa situación entre ambos países y México sostiene que el documento es parte del patrimonio mexicano”.

De otro carácter, explicó el arqueólogo, es la entrega que hizo el papa Juan Pablo II del Códice Cruz-Badiano, que si bien se trata de un documento de herbolaria colonial depositado en la Biblioteca Apostólica Vaticana, volvió a su lugar de origen por un acto de buena fe.

Incluso, mencionó, desde la década de los 90 del siglo pasado, y más recientemente, tenemos varios casos en que diversos acuerdos hicieron posible el retorno de algunos materiales al país.

Al respecto, la oficina de comunicación social del INAH descartó emitir alguna declaración y remitió a este diario a la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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