O el PRD tiene muy mala suerte y a sus candidatos siempre les organizan un complot para que no ganen las elecciones o, de plano, no saben hacer las cosas y ya les gustó trabajar de mártires.
Esto que está pasando con Gregorio “Greg” Sánchez Martínez es el colmo de lo alarmante, de lo ridículo.
Resulta que don Gregorio es candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia a la gubernatura de Quintana Roo, pero la PGR lo detuvo porque se sospecha que está vinculado al narcotráfico y al lavado de dinero.
Se supone que todo el mundo, empezando por los partidos que los postularon, sabía de estas sospechas desde enero, pero aún así, Gregorio Sánchez Martínez fue nombrado candidato.
Las encuestas señalan que le estaba yendo mal, pero, al parecer, Greg sí es un personaje bastante popular y querido en su estado.
El caso es que el señor Sánchez Martínez ha pasado de candidato a narcocandidato y que esto ha generado un escándalo inmenso donde hemos visto de todo.
Desde a su esposa defendiéndolo con unos argumentos como de talk show, hasta grabaciones y sospechas que amarran al gobernador de Quintana Roo, al PAN y al secretario de Gobernación.
Por si esto no fuera suficiente, esta captura no se hizo cuando surgieron las sospechas sino hasta ahora, a unas cuantas semanas de las elecciones como para, en efecto, bloquearlo.
Además, existe el antecedente del Michoacanazo y, como cereza del pastel, a unos cuantos días de la detención del señor, Carlos Trigo Perdomo, tesorero de don Gregorio, renuncia… ¡y desaparece!
¿Le digo mi interpretación de los hechos? Esto no se trata ni de Greg ni de las elecciones en Quintana Roo, se trata de distraer a la opinión pública para que deje de hablar del caso Paulette y de Enrique Peña Nieto.
Bastan seis u ocho semanas entre Cancún y el Mundial de Futbol para que a la gente se le olvide lo que pasó en el Estado de México y para que el novio de La Gaviota vuelva a ocupar el sitio que tenía en las revistas del corazón.
Fíjese bien en los ingredientes de esta nota: todos son como para pasarle la pelota al PRD, al PAN y a un PRI que está muy lejos de Lizette Farah.
¿Usted realmente cree que Gregorio Sánchez Martínez vaya a ganar esas elecciones?
Por supuesto que no, pero como la gente del PRD es bien brava y los personajes de esta historia superpintorescos, al final chisme mata chisme y adiós fantasma de Alberto Bazbaz.
Yo no sé si la PGR le quiso aplicar un Michoacanazo a don Gregorio para cambiar la historia de las elecciones de Quintana Roo. Lo que sí sé es que lo hizo en el mejor momento para que los medios cambiaran de tema.
Igual, yo no sé si el señor Sánchez Martínez sea una blanca paloma. Lo que sí sé es que todo lo que ha pasado con su gente, desde que lo detuvieron, ha sido tan delirante que no hay manera de ponerse de su lado.
Cuando una persona es detenida por la autoridad, primero, reacciona con sorpresa y, después, luce afectada física y emocionalmente.
Greg tenía grabados unos videos defendiéndose como si hubiera estado esperando a la PGR y en lugar de verse preocupado por el futuro de su esposa y de sus hijos, o, mínimo, por su reputación, se ve preocupado por los resultados de los elecciones.
Y luego aparece su esposa, y la mujer, en vez de verse ligeramente angustiada por la separación, por lo que pudiera estar viviendo su marido o por el futuro de su familia, luce como si la hubieran entrenado para sacarle provecho a esa detención.
La señora habla de unas encuestas que no existen y mira fijamente a las cámaras, mientras sonríe, como si estuviera poseída por una fuerza maligna. Da miedo.
¡Hasta el tema de su embarazo se oye como si lo hubiera planeado para sacar ventaja!
Y luego estas personas dicen que son víctimas de un cerco informativo.
¡Pues valiente cerco informativo! La esposa de Greg no sólo ha viajado por todo el país de gira artística, ha salido en todos lados.
En resumen, bienvenido a otro circo mediático. ¡Que se divierta!
No sé qué me da más tristeza, si la monotonía informativa en la que hemos caído desde que empezó el año o confirmar que, en el caso Greg, no hay nada limpio.
Ninguno de los elementos que participan en esta historia está libre de culpa. Y nosotros, la ciudadanía, como siempre, nomás mirando, matando el tiempo.
¡Atrévase a opinar!
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