martes, 25 de mayo de 2010

Aguas con esos franceses



Para nadie es un secreto que el Gobierno del DF se juega el pellejo con dos obras gigantescas: la llamada Supervía Poniente y el Tranvía del Centro Histórico. Ambas polémicas por sus enormes costos financieros y sociales. Pero defendidas vehementemente como indispensables.
Más allá de cómo concluyen llama la atención que en el controversial proyecto del tranvía esté inscrita en la licitación una empresa muy peculiar, la francesa Alstom. Una de las más poderosas transnacionales del mundo en materia de transporte y generación de energía. Sobre la que oí hablar por vez primera durante una larga estancia en París en el año 98, cuando, a propósito del Mundial, realicé una serie de reportajes sobre la cultura, los medios y la economía franceses. Por esos días seguía vivo el escándalo por corrupción por el que fue sentenciado a tres años de cárcel Pierre Suard, presidente de Alcatel Alstom. Si uno le pica tantito a internet, de entonces a la fecha no hay año en que no se detecte un escándalo de esta megaempresa: en el 2000, en Corea del Sur, cuando sus ejecutivos sobornaron a autoridades coreanas para obtener el contrato de construcción del tren de alta velocidad entre Seúl y Pusan; en el 2002, aquí mero en México en el escándalo por peculado y lavado de dinero que involucró al director de Luz y Fuerza Alfonso Caso Aguilar y al entonces director de Alstom México, el francés Bernard Prieur Lefafrais, quien estuvo retenido por la PGR; del 2003 al 2009 Alstom ha seguido eslabonando al menos una veintena de nuevos escándalos financieros como fraudes fiscales en Estados Unidos, sobornos en Grecia, alteración ilegal de precios en India, corrupción en el contrato del tren bala Buenos Aires-Rosario-Córdoba en Argentina y una larga lista de trastupijes más en países tan diversos como Suiza, Singapur, Brasil y Alemania; tan sólo en este 2010 añádase que tres ejecutivos de Alstom fueron detenidos en Inglaterra por corrupción, que en España hay un pleito por la falta de transparencia de Alstom en el ferrocarril de Jaén y que en Italia cuatro de sus directivos se declararon culpables de soborno apenas en marzo de este 2010. Pero de toda esta relación de ilícitos vale recordar que ya en julio de 2007 la Secretaría de la Función Pública de este país decidió inhabilitar por dos años a Alstom en cualquier proceso de licitaciones públicas por sus probadas prácticas de sobornos.


La pregunta obligada es si los directamente responsables de las obras en el DF conocen o no la increíble y gananciosa historia de Alstom y su currícula desalmada.

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