El PRD y en especial los líderes de la corriente Nueva Izquierda se han lanzado en una carrera suicida a defender con todo al hoy preso Greg Sánchez, alcalde con licencia de Cancún y candidato a la gubernatura de Quintana Roo.
Pese a que su causa es indefendible, han construido un penoso discurso lleno de contradicciones; si no fuera por el tono serio, sus argumentaciones pasarían por chistes.
Los Chuchos, en voz de Jesús Ortega, Carlos Navarrete o Jesús Zambrano, afirman que todo se trata de una maniobra para impedir que Gregorio Sánchez llegue a la gubernatura, lo cual nadie les cree porque el candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia, en su mejor escenario, está 10 puntos abajo del priista Roberto Borge, quien en otras encuestas se separa casi 20 puntos del ahora detenido.
Además, cuando los líderes perredistas se dicen sorprendidos por la captura de Greg, sólo basta recordar que desde inicios de año elementos de Inteligencia Militar le seguían la pista por sus presuntos vínculos con cárteles del narcotráfico y, encima, le descubrieron un nido de espionaje político operado por el jefe de seguridad del propio alcalde.
Todos en Quintana Roo y muchos en la Ciudad de México sabían que Greg se construyó la mala fama a pulso, pues se rodeó de delincuentes y en su gobierno la mafia rusa sentó sus reales en Cancún, a grado tal que el alto mando del Ejército encendió los focos rojos en Los Pinos y el PAN. Fue así que César Nava canceló la alianza en aquel estado.
Pero no es la primera vez que Los Chuchos se ligan con personajes de dudoso prestigio y con amplios recursos económicos, cuyo origen es más que oscuro. Hay que recordar a José Guadarrama en Hidalgo, el ex mapache acusado de la muerte de varios perredistas, quien prácticamente les compró la franquicia del PRD en su entidad.
Los Chuchos, empero, en esta ocasión cruzaron la frontera y entraron con Greg a terrenos peligrosos, pues si bien los dineros de Guadarrama son considerados todo menos bien habidos, los del alcalde de Cancún, según las investigaciones de la PGR, podrían provenir del crimen organizado, lo que ligaría a la dirigencia del PRD con el narcotráfico.
Así que, cumplido el término del pataleo de rigor, lo mejor para Los Chuchos será bajarse del caballo de Greg si no quieren ser vinculados con sus negocios turbios y señalados como beneficiarios de su dinero sucio.
nestor.ojeda@milenio.com
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