miércoles, 26 de mayo de 2010

Caso Paulette y Caso Diego, Impunidad y Falta de Credibilidad ... Jenaro Villamil


Si algo vincula al caso de la menor Paulette Gebara Farah y del ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos, ambos considerados inicialmente como desaparición con indicios de secuestro, es el manejo sospechoso de los medios de comunicación para “administrar” la justicia y las investigaciones policiacas, así como la falta de credibilidad en las versiones oficiales y la red de intereses políticos que rodean estos expedientes.

Después de que este viernes 21 de mayo se conoció el dictamen oficial del caso Paulette, las peores sospechas se confirmaron: un enorme montaje mediático y policiaco para proteger a los padres, a sus padrinos y amigos políticos y para dejar en total impunidad a los elementos del ministerio público del Estado de México que, según el dictamen oficial, nunca se dieron cuenta que en el cuarto de la menor estaba su cadáver. ¡200 personas entraron a esa habitación, entre reporteros, autoridades y familiares y nadie se dio cuenta que el cadáver de la menor estaba ahí, en esa cama que formó parte del set televisivo!


La intoxicación mediática en el caso Paulette fue el resultado de un operativo armado por las autoridades del Estado de México y los propios padres de la menor, reportada como desaparecida el 22 de marzo de este año. El melodrama, el manoseo emocional del caso formó parte del guión oculto.

El enorme interés de las audiencias masivas en este caso generó un efecto boomerang. Primero, el caso se orientó a un reality judicial para despertar la ansiedad y la alarma de la población por el posible homicidio de una menor de 4 años, con discapacidad.

Una vez que se generó una ola mediática inusitada –con reportes de más de 30 minutos en los noticiarios estelares de Televisa y TV Azteca- el procurador Bazbaz apareció el 31 de marzo, en una espectacular conferencia de prensa, para afirmar que “no hay duda de que este caso se trató de un homicidio”. En ese momento estaban arraigados como sospechosos los dos padres de la menor –Lisette Farah y Mauricio Gebara-, así como las nanas Erika y Martha Casimiro.

El domingo 4 de abril, Bazbaz liberó a los cuatro arraigados, incluyendo a la madre que tenía calidad de indiciada. Y el 5 de abril dio un giro radical a sus declaraciones. Localizado el cuerpo de Paulette debajo de su propia cama y en el mismo cuarto, Bazbaz declaró que “la necropsia ni siquiera es concluyente para determinar que se trate de un homicidio”.

Pasó un mes y medio, una fuerte autocensura de las autoridades ministeriales del Estado de México y declaraciones insólitas de Enrique Peña Nieto, el gobernador-candidato, hasta que Bazbaz apareció para leer un comunicado donde exculpó a todos, dio carpetazo al asunto y señaló que la única responsable de su muerte fue la propia niña.

“Se desecha la hipótesis que el cadáver de Paulette se hubiera colocado en el lugar, posterior a su muerte”, dijo el procurador.

“El cuerpo de la menor no fue manipulado después de su muerte, es decir, que la menor permaneció en el lugar donde fue encontrada desde que murió”, insistió Bazbaz.

Resultó así que el cuerpo de Paulette resultó ser un prodigio que violó todas las reglas de la física y de la biología: durante 9 días nadie olió el cuerpo descontento de la menor; durante más de una semana entraron perros, peritos, familiares, reporteros y nadie encontró el cuerpo de esa menor.

Es obvio que esto no sucedió porque el cuerpo no estaba ahí. Las versiones del Estado de México indican que entre el 31 de marzo y el 4 de abril, quien se involucró personalmente en el caso para dar un giro de 180 grados, a costa de toda lógica, fue el secretario general de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava.

Miranda Nava es el operador político y el gobernador en funciones del Estado de México que aspira a suceder a su amigo y cómplice, Enrique Peña Nieto. Mientras el mandatario estatal estaba en Sudamérica, Miranda Nava revisó los expedientes, violó la autonomía de la procuraduría y ordenó que se le diera un cambio radical a la investigación.

Bazbaz obedeció, no sólo por institucionalidad, sino por su propia incapacidad y la red de intereses políticos y empresariales que se entretejieron en el caso Paulette. El PRD y el PAN pidieron su renuncia, pero Peña Nieto no ha querido arriesgar una alianza clave con la familia Salinas y con la comunidad judía, verdaderos padrinos de su tercer procurador. Mejor el ridículo que la justicia. Mejor la impunidad continuada en el Estado de México.



Paulette, Distractor Frente al Caso Diego

La menor discapacitada no acaba de ser asesinada mediáticamente, una y otra vez. Horas después que se conoció a nivel nacional la desaparición de Fernández de Cevallos en su rancho La Cabaña, de Querétaro, Peña Nieto anunció como si se tratara de un circo que en los próximos días se tendrían los informes concluyentes del caso.

La desaparición del Jefe Diego se ha convertido en la peor crisis reciente del gobierno de Felipe Calderón por tres razones fundamentales: la pésima estrategia de comunicación oficial que despertó una ola de rumores que hasta ahora perduran y orientan el caso hacia una ejecución o asesinato cometido por el crimen organizado; Fernández de Cevallos es el político panista más poderoso y más vinculado a una red de intereses judiciales, empresariales y políticos que sobreviven desde el sexenio de Salinas de Gortari y se mantienen impunes; ocurrió en medio de operativos para detener a la ex esposa del Chapo Guzmán, presunto aliado y ahora adversario del gobierno de Calderón, y de su operador en Jalisco, Ignacio “Nacho” Coronel.

El nerviosismo de Los Pinos y el cinismo de Televisa han generado un coctel muy peligroso en el caso de Fernández de Cevallos. Desde la casa presidencial se ordenó la censura para no revelar nuevos datos del caso “hasta su desenlace”. Televisa obedeció, pero disfrazó su decisión con un fariseico comunicado que justificó su decisión en aras del “respeto a la familia” y “a la vida” de Fernández de Cevallos.
La crisis de credibilidad en el caso del Jefe Diego alcanzó ya al “canal de las Estrellas” y a los “cuatro fantásticos” que manejan con Emilio Azcárraga Jean al monopolio televisivo y futuro oligopolio de telecomunicaciones. Es obvio que Televisa quiere escurrir el bulto y obtener del gobierno calderonista las próximas licitaciones de la fibra óptica de la CFE y de la banda 1.7, pero se trata de deslindar de la crisis próxima que se generará en el caso Fernández de Cevallos.

En medio de este clima político y mediático, el caso Paulette aparece como un distractor necesario para mitigar el impacto de la desaparición y posible fallecimiento de Fernández de Cevallos. A Televisa, a Calderón y a Peña Nieto les conviene esta alianza.



La “Información Sucia” del Caso Diego

La conferencia de Paulette ocurre horas después de que circuló en internet de manera anónima una extraña fotografía –más parecido a un fotomontaje- en la que se muestra a un persona desnuda de los hombros y con los ojos vendados, barbudo y canoso, fotografiada con un trasfondo oscuro, que pretende ser la imagen del Jefe Diego secuestrado.

El mensaje de correo electrónico que acompañó esta imagen dice:

“Diego goza de cabal salud, y manda enternecido saludo a quienes lo quieren y hasta rezan por él. Asimismo, pide y ordena a su Junior exigir a las autoridades desbloquear la comunicación y mantenerse al margen de la negociación que públicamente su familia ofrece por su liberación”.

Se trata de un anónimo, de un mensaje increíble con el obvio objetivo de sembrar la percepción de que Diego, desde algún sitio de su secuestro, manda un mensaje para facilitar su liberación.

Pudo ser una mala broma. Lo que resulta sintomático fue la actitud de los dos principales rotativos capitalinos frente a esta imagen. El Universal, en su primera plana de este viernes 21 de mayo, afirma que “fuentes oficiales y de la familia confirmaron que (la imagen) es legítima”. En contraste, Reforma publicó en la página 3 esa foto y aclaró: “fuentes oficiales y allegados a la familia desmintieron su autenticidad”. ¿A quién creerle? ¿Por qué acreditar una foto anónima que se trata de una manera de filtrar información sucia, es decir, un spam noticioso con apariencia de verdad?

Este tipo de información sucia proliferará mientras las procuradurías de Querétaro y General de la República pretendan mantener un silencio oficial en medio del ruido que se provocó por la falta de información confirmada, creíble y plenamente verificada.

Lo mismo sucedió en el caso Paulette. La diferencia sustancial es que las consecuencias políticas de corto y mediano plazo de ambos casos es muy diferente. La manipulación de la agenda informativa, realizada por aprendices de publicistas o de Goebbels, puede ser el peor expediente de una temporada muy delicada de descomposición política.

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