sábado, 29 de mayo de 2010

El de Diego Fernández de Cevallos es sin duda el secuestro de más alto impacto que se recuerde en México ¿Cuánto piden por Diego?


Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
29 de mayo de 2010


El secuestro de Diego, el político panista con más poder —y posiblemente mayor fortuna—, es un golpe político y delincuencial que marca una época.

El de Diego Fernández de Cevallos es sin duda el secuestro de más alto impacto que se recuerde en México. Aunque en este país hay una lamentabilísima y dolorosa historia de secuestros, con una interminable lista de ciudadanos —hombres, mujeres, niños, ancianos— que han sido víctimas de este delito que destroza vidas y familias, en la mayoría de los casos de manera impune, el rapto de personajes de la vida pública, del mundo político o empresarial, de la farándula o el deporte, cobra una dimensión mediática y de opinión pública por el impacto que tiene en la sociedad.

Nadie duda que, aunque ha habido otros que en su momento sacudieron la escena pública, el secuestro del político panista con más poder —y posiblemente mayor fortuna— es un golpe político y delincuencial que marca una época. De los llamados “secuestros de alto impacto” que se tiene registro, ninguno hasta ahora había representado un desafío y un mensaje directo para el presidente en turno. Muchos fueron en su momento temas de estabilidad, de subversión e incluso de gobernabilidad para los mandatarios, pero ninguno como éste tocó tan directamente a un presidente como el secuestro de Diego toca a Calderón y a su gobierno.


Quienes hayan secuestrado a Fernández de Cevallos —“profesionales del secuestro” dicen en la PGR, un grupo de Los Zetas, piensan en las Fuerzas Armadas— no sólo buscan el lucro económico, que sin duda es una de sus motivaciones; también sabían del efecto político que tendría el plagio y si decidieron hacerlo es porque también buscaban ese efecto.


Esta semana, después de la cuestionada decisión de la PGR de retirarse públicamente del caso, luego de una protagónica y mediática entrada que sólo entorpeció y provocó más confusión, el contacto se produjo entre la familia del ex senador y los secuestradores. Una empresa británica de negociación es la que asesora a los familiares en el intento de rescate y, según fuentes cercanas a ese proceso, los captores ya fijaron una primera cantidad para negociar la liberación de Diego.


La cifra es estratosférica y de confirmarse representaría el secuestro por el que se pide el rescate más elevado del que se tenga registro: 50 millones de dólares es la cifra inicial con la que comenzó la negociación; y aunque desde el gobierno recomendaron a la familia pagar, los asesores ingleses pidieron calma y recomendaron esperar a que se desarrolle una negociación que buscará bajar la cifra.


¿Qué grupo delincuencial puede aspirar a cobrar un rescate de tal magnitud sin ser capturados? ¿Qué se busca financiar con tal cantidad de recursos o es sólo el lucro económico el que los mueve? ¿Quién va a pagar ese millonario rescate, si se paga, sólo la familia o los apoyará el gobierno?


EL FRACASO DE ANTANAS EN MÉXICO


Antes de que fuera el candidato fenómeno a la Presidencia de Colombia, que mañana puede ganar el gobierno de ese país, Antanas Mockus tuvo un fugaz paso por México a donde vino como “asesor especial” del jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard.


En el 2008, precedido ya por la fama y la notoriedad que había ganado como alcalde de Bogotá en su último periodo que terminó en 2004, este singular político, con estudios de filosofía y matemáticas, se dedicó, tras su segundo intento fallido como candidato presidencial en 2006, a vender asesorías sobre los temas de “cultura ciudadana”, basados en experiencias exitosas que implementó en Bogotá y que ayudaron a restituir el tejido social y a cambiar actitudes y malos hábitos de los ciudadanos.

Ebrard le compró la idea de que algunas de las iniciativas que funcionaron en Bogotá podían aplicarse con éxito en el DF. Y pagado por el gobierno capitalino vino a México a diseñar un plan de cultura ciudadana para la capital. Lo conocí en una cena, organizada por un prestigiado encuestador, en la que Antanas se reunió con varios periodistas y analistas para explicarles sus ideas de cómo podía transformarse la difícil y mala convivencia ciudadana en el DF.

Apasionado, con los ojos brillosos y una vehemencia, el hoy candidato presidencial defendía sus acciones y se decía convencido de que la ciudad de México “puede ser un espacio más habitable, todo es cuestión de reeducar a sus ciudadanos”. Nunca se dijo en esa cena, a la que también asistió Mario Delgado, secretario de Finanzas, cuánto cobró Mockus por su asesoría al gobierno de Ebrard; después llegué a ver en las calles algunas tímidas acciones que intentaron aplicarse en la ciudad, como poner jóvenes en los cruceros a calificar con letreros de tache o palomita a los automovilistas que respetaban al peatón y las zonas peatonales. Pero al parecer las ideas y acciones de Antanas Mockus no tuvieron eco ni los resultados que él aseguraba en la ciudad de México, aunque eso sí, él debió cobrar y cobrar muy bien sus asesorías más allá de si funcionaron las propuestas.

NOTAS INDISCRETAS…

Hoy en Querétaro, a un mes de las elecciones locales en 14 estados, los priístas buscan mandar un mensaje de fuerza y unidad al convertir un acto de protocolo, como la toma de protesta del nuevo secretario general de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, en un auténtico mitin político y de campaña. Desde el teatro Josefa Ortiz de Domínguez, con todo el simbolismo que encierra el recinto, la plana mayor del tricolor se reunirá con varios objetivos: uno, cacarear el regreso de Patrón, un priísta operador de primera línea; dos, arropar y respaldar a Enrique Peña Nieto, tras lo raspada que quedó su cuidada imagen con su pésimo manejo del caso Paulette; y tres, apuntalar a los 14 candidatos a las gubernaturas estatales que han sido invitados al evento. También acuden 10 gobernadores y la dirigente Beatriz Paredes, sin dejar de mencionar al compadre de Gamboa, Manlio Fabio Beltrones. El dinosaurio, con todos sus colmillos y sus viejas mañas, rugirá fuerte en tierras queretanas…Y hablando de mañas, éstas son azules pero no por eso menos sucias. Al secretario de Comunicaciones, Juan Molinar, lo acusan de estar operando tras bambalinas en el Consejo de la Judicatura, para tratar de manipular los fallos de los jueces que han dado entrada a los amparos e impugnaciones en contra de las licitaciones del espacio radioeléctrico. Ante las sospechas de que busca favorecer a algunas empresas de telecomunicaciones en particular, el proceso de licitación que conducen SCT, Cofetel y Cofeco ha sido impugnado en los tribunales y ya fue objeto de un amparo otorgado a Grupo Salinas en contra de las bases de licitación emitidas por esas dependencias. Pero resulta que Molinar ha echado mano de sus amistades y ha buscado al consejero de la Judicatura, César Jáuregui, para que le dé una “ayudadita” con las decisiones que tomarán los jueces federales involucrados. Para ello, Molinar ha enviado a su director jurídico de la SCT, Gerardo Sánchez Henkell, a quien se ha visto varias veces en el despacho del consejero Jáuregui que parece guiarse más por sus filias y su militancia panista que por la imparcialidad a que lo obliga la Constitución… Se lanzan los dados. Cierran con escalera

No hay comentarios: