Mucho más espinoso el tema de la muerte de la esposa de Enrique Peña Nieto que el del supuesto alcoholismo de Felipe Calderón. Pero Peña Nieto, aunque con retraso (a dos años de que se lo preguntara por primera vez el periodista Jorge Ramos), terminó por dar una explicación más o menos coherente acerca de las circunstancias en las que falleció su mujer. En cambio, cuatro años después de que el rumor acerca de su gusto excesivo por las bebidas alcohólicas se plantara en el corazón de la opinión pública mexicana, Calderón sigue sin entrarle al toro por los cuernos.
En su segunda entrevista con Jorge Ramos, tal vez por haber aprendido la lección que deja el desastre que para Calderón ha sido el rumor sobre su alcoholismo, Peña Nieto habló extensamente acerca de cómo murió su primera esposa, Mónica Pretelini. Dio detalles médicos, se comprometió a dar a conocer documentos sobre el caso, ofreció que dará declaraciones el médico que atendió a la señora y, aprovechando la oportunidad, condenó las versiones que hablan de un suicidio y hasta de un asesinato en el que habría participado el propio gobernador del Estado de México.
De cualquier forma, el daño que sufrió la imagen de Peña Nieto durante estos dos años fue gigantesco, ya que no solo no respondió en la televisión (de Estados Unidos) al periodista Ramos, sino que al hacerse bolas rechazando dar una respuesta concreta, se convirtió a sí mismo en un sospechoso. Los videos acerca del incidente han sido muy vistos en internet y, desde luego, iban a ser usados por panistas e izquierdistas en el proceso electoral de 2011 en el Estado de México y, también, en el presidencial de 2012.
A Peña Nieto seguramente le preocupó lo que anunciaba, para él, la crisis de Calderón por negarse a responder a una simple pregunta de Carmen Aristegui. Y es que Calderón con un sencillísimo "no soy alcohólico" hubiera salido bien librado del escollo periodístico, pero al negarse a hacerlo, se metió en los mayores problemas de imagen de su gobierno. Eso debió haber decidido al mexiquense a responder la pregunta que lo había enredado dos años atrás.
No digo que a Peña Nieto no le vayan a sacar, en la propaganda, el video de su primera entrevista con Jorge Ramos. Pero ya tiene el antídoto: un segundo video en el que, aprendida la lección, habla sin complejos del tema que más lo ha perjudicado.
A Marcelo Ebrard no tardan en sacarle sus trapos al sol, lo mismo que, otra vez con saña, a Andrés Manuel López Obrador. Para no verse destruido, Marcelo tendrá que ser muy sincero en todo lo que haga (por cierto, no entró o no lo hizo con fuerza, y esto lo dañará a la larga, al tema de Aristegui). Andrés Manuel, bueno, después de todo lo que le dijeron en 2006 (poco era verdad y muchísimo era mentira), ya está más que vacunado.
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