martes, 22 de marzo de 2011

Astillero-- Judo marcelista-- Sostener a los Chuchos-- Cortoplacismo electoral-- ¿Ganó FC en el caso Pascual?-- Julio Hernández López

El PRD ha sido despojado de viabilidad institucional. A pesar de la grave crisis tan anunciada y por todos tan sabida, los grupos concurrentes a la definición de su futuro mediato e inmediato han preferido sostener los esquemas dañinos y simular un arreglo de corto plazo que en realidad es una confesión de meros atrincheramientos previos a lo electoral, sin grandeza de miras ni expectativas sensatas de mejoría: un PRD apenas concebido para pelear lo que viene, las candidaturas de 2012, el reparto de cartas, la continuidad del negocio de la izquierda como mercancía.

Marcelo Ebrard pretende aparecer como el gran estratega de un presunto rescate partidista, pero la realidad aplasta de inmediato esos aires pretenciosos. El jefe del gobierno capitalino apuntaló el predominio del chuchismo y, con ello, la expectativa de las alianzas con el PAN. Ése es el dato mayor y lo demás son accesorios. Para conseguir tal triunfo de los Chuchos y las alianzas con el PAN, Ebrard hubo de utilizar como presunta pieza de combate a un diputado federal guerrerense con el que aparentó pelear por la secretaría general del comité nacional del sol azteca (posición que tuvo Ebrard en la bolsa, tan sólo con sumar sus votos, aceleradamente conseguidos en la subasta del día, a Jesús Zambrano).

El discípulo de Manuel Camacho usó y tiró a Armando Ríos Piter para dar paso a Dolores Padierna y así, en un judo de cintas negras y amarillas, aprovechar el empuje de la mencionada candidata, y del bejaranismo en general, para convalidar e instalar a Zambrano (es decir, a los Chuchos; es decir, a las alianzas con el PAN). Al diputado bailarín, conocido como El jaguar de la costa, ahora pretenden conseguirle un premio de consolación, una vicepresidencia de la cámara de diputados o cualquier otro cargo que mucho será para quien solamente tiene como mérito para esas promociones el haberse prestado como candidato desechable de la maniobra del marcelismo-camachismo para mantener a los Chuchos en la gerencia del mencionado partido.

Dolores Padierna de inmediato ha asumido su rol grupal más que institucional. Representa una corriente partidista muy definida y no le interesa compartir posiciones con su compañero de fórmula, de tal manera que se está en presencia de un espectáculo de disparidades anunciadas que ni siquiera escenificaron a tan temprana hora otros dirigentes confrontados, Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, en posiciones similares en el PRI. La nueva secretaria general tiene junto a ella a un político en busca de una improbable redención pública, su esposo René Bejarano, que ha quedado marcado por el episodio de los dineros recibidos de Carlos Ahumada. Por otro lado, Padierna se empeña en acreditarse políticamente como la representante extraoficial del lopezobradorismo en la lucha interna del PRD, su promotora y defensora.

En esas condiciones, el PRD ha quedado convertido en una agencia de procesamiento de pugnas entre dos bandos. Los Chuchos, Ebrard y las alianzas con el PAN, por un lado, y Padierna, Bejarano y el rechazo a las alianzas con el PAN por el otro. Inmediatismo sin esencia ni trascendencia. Politiquería cortoplacista.


Felipe Calderón, al leer su discurso por el natalicio de Benito JuárezFoto Marco Peláez
Pasando a otro asunto, será posible hacer una valoración real de lo sucedido con Carlos Pascual cuando se conozcan el nombre, el perfil y los planes de trabajo del nuevo embajador gringo en México. Una primera lectura permite interpretaciones simples como la que en el calderonismo pretende convertir ese desenlace en épica victoria de Los Pinos, con un comandante Calderón que habría vencido escandalosamente a la gran potencia mundial y a su actual chofer designado, el viajero Obama. En ese primer acercamiento es evidente que el factor Wikileaks habría sido fundamental, al mostrar las verdaderas interpretaciones que del desastre felipesco tendría el interventor en jefe, generando el enojo extremo del político menor así desnudado.

Pero el festejo localista debería convertirse en funerario si acaso la caída del diplomático estadunidense hubiese sido negociada a cambio de cuando menos dos asuntos mayores, trascendentes, mucho más importantes que el nombre y apellidos del representante de un poder imperial que seguirá comportándose de similar manera con un personaje u otro acreditado en México. Es decir, terrible sería que el licenciado Felipe hubiese guardado silencio respecto a la rápida y furiosa introducción de armas para narcotraficantes y hubiese disfrazado de solicitud la incursión de aviones estadunidenses espías no tripulados a cambio de una revancha personal, de una venganza efímera, de un despido que en términos de poder real no significa mayor cosa.

El calderonismo ha guardado vergonzoso silencio e incluso ha exculpado a Washington como si hubiese estado esperando el pago convenido, como si tuviese que cumplir una parte condescendiente a cambio de que le quitaran al embajador incómodo. Ya se verá, pues, si la salida de Pascual fue una maniobra envenenada para dar al mexicano emberrinchado una presunta satisfacción que le será cobrada enviándole un embajador más intervencionista (el saliente adujo que se va de México para cuidar las relaciones binacionales, tachando a Calderón y adjudicándole una irresponsabilidad grave, dejando con astucia una cuenta más por cobrar al panista en quiebra). O si fue un canje leonino: cambiar un embajador para que México se calle en los casos de las armas y los aviones espías. O si, de verdad, Felipe se ha alzado con una victoria espectacular.

Y, mientras los partidos se pelean por Juanito, pues ninguno quiere quedarse con él (aunque el gran líder de la masonería priísta, Manuel Jiménez Guzmán, ya lo da por aceptado en el tricolor, pese a los gestos que le hace Humberto Moreira), ¡hasta mañana, en esta columna que escucha extasiada al degustador de presupuestos, Leonardo Valdez Zurita, consejero presidente del desgastado, incompleto y derrochador IFE, asegurar que ese organismo está en condiciones de conducir unas elecciones en 2012 en condiciones de equidad y con pleno apego a la legalidad!

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