A un mes de que se lleven a cabo los próximos comicios federales, pareciera ser que sólo uno de los candidatos encarna la única alternativa distinta al retorno del PRI a Los Pinos, el de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
Mejor posicionado que la candidata del PAN en todas las encuestas serias y de renombre en el país, y con una clara tendencia al alza, el postulado por la coalición Movimiento Progresista se ha posicionado en un claro e indiscutible segundo lugar. El primero de julio habrá dos opciones: o AMLO o el regreso del tricolor al Poder Ejecutivo de la Federación.
No hay, ni habrá más. Que se hagan las ponderaciones pertinentes.
Dicho esto, y tomando en cuenta que existe una importante y considerable masa de ciudadanos que se opone a que el Revolucionario Institucional salga victorioso el próximo mes, entre ellos los estudiantes universitarios, no resulta demasiado complicado imaginar que se puede consolidar un voto útil antiPRI a lo largo de los próximos días. Y el único con posibilidades de capitalizar esos potenciales sufragios al día de hoy es el tabasqueño.
Por eso mismo infiero sería importante que luego del segundo debate, durante su conferencia matutina, López Obrador pida de manera seria y formal a la candidata albiazul, Josefina Vázquez Mota, que en un acto de congruencia democrática y ciudadana, decline a favor de él para evitar el regreso del PRI al poder.
La otrora coordinadora parlamentaria de Acción Nacional en la Cámara de Diputados ya nos dejó claro con sus spots de la amenaza que representa el abanderado tricolor, Enrique Peña Nieto. Ahora los ciudadanos queremos ver acción. Que evite el triunfo de este hombre declinando a favor de la izquierda.
Dicho esto, considero que el candidato de las fuerzas progresistas de México debe invitar a sumarse a su campaña a los indecisos, a los verdaderos panistas y a todos los ciudadanos informados y conscientes sobre el riego que implicaría votar por el Revolucionario Institucional.
Evidentemente, para lograr esto, deberá darle un sutil, mas no poco importante, giro a su discurso. Enfocarlo más en aspectos que interesan a los hombres y mujeres ajenos a los problemas políticos; a los apartidistas; a los decepcionados de la clase política. Porque el voto duro ahí está. Ya lo tiene. Que vaya por lo que necesita, y se olvide por unos momentos de aquello con lo que ya cuenta.
Convenciendo a los verdaderos panistas, a los indecisos y a los jóvenes, Andrés Manuel López Obrador ganaría de manera contundente la Presidencia de la República.
A crear conciencia.
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