El domingo 3 de junio, el candidato del PRI a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto sacó en televisión un spot de treinta segundos de duración en donde se presentan los resultados de cuatro casas encuestadoras (BGC-Ulises Beltrán-Excélsior, GEA-ISA-Milenio, OEM-Parametría, y Mitofsky) en relación a la preferencia electoral de los mexicanos (vgr. http://goo.gl/7xClq ).
En este spot, se pueden observar gráficas en donde Peña Nieto tiene el cuarenta y cinco por ciento de preferencia, muy por encima de los otros candidatos presidenciales, y como imágenes de fondo mítines multitudinarios en apoyo al candidato del PRI. Una voz en off explica las imágenes: “la gente lo dice, todas las encuestas lo confirman, vamos ganando, México quiere cambiar”; al final sale el candidato diciendo “gracias por seguirnos, gracias por estar a favor del cambio de México, gracias”. Este spot aparece tan sólo unos días después de que se difundieran los resultados de la encuesta realizada por Grupo Reforma, en donde Andrés Manuel López Obrador está a cuatro puntos porcentuales por debajo de Enrique Peña Nieto.
Lo que busca el PRI al difundir los resultados de estas encuestas –las cuales, dicho sea de paso, han sido cuestionadas por académicos por las fallas metodológicas que presentan, por ejemplo el hecho de no incluir a los indecisos– es la búsqueda del llamado efecto bandwagon. Este efecto se refiere “al apoyo adicional que recibe un candidato por la tendencia de la gente a ir con la masa, por el hecho de que a todos nos gusta ganar y que cuando alguien considera que otro ya tiene el triunfo conseguido se le une de inmediato, se va ‘a la cargada’ (…), sin ninguna evaluación racional de los candidatos” (Diccionario Electoral, Instituto Nacional de Estudios Políticos).
¿De dónde viene el término? En el pasado, los políticos estadounidenses al momento de hacer campañas utilizaban el ferrocarril como medio de transporte, en el último vagón iba la banda musical (bandwagon); había personas que seguían el ferrocarril sólo por la música que salía del último vagón. Phineas Taylor Barnum, empresario y artista circense, fue quien utilizó por primera vez la expresión en el campo político.
Se trata pues de generar en el electorado la impresión de que Enrique Peña Nieto obtendrá indiscutiblemente la victoria y que se ubica a bastantes puntos de ventaja de sus contrincantes para obtener el apoyo de los electores con “espíritu de rebaño”; es decir de aquellos que votan por el que creen que va a ganar para sentirse bien consigo mismos, para agradar y ser aceptados por lo que ellos creen son la mayoría.
A través del efecto bandwagon también se busca orillar hacia el conformismo y la apatía de aquellos que apoyan a otro candidato: al presentar a Peña Nieto como futuro ganador de las elecciones y con veinte puntos de ventajas sobre el candidato que ocupa el segundo lugar en preferencia electoral, se generará en quienes apoyan a otros candidatos desgano para asistir a las urnas.
Depende del perfil de los electores si funcionará o no esta estrategia: si el grueso de los electores posee conocimientos e información limitados y poco interés en la política, es más factible que sea manipulado a través de este efecto.
Considero que es momento de reflexionar si es preciso normar o prohibir la publicación de encuestas durante los procesos electorales para evitar que éstas influyan sobre los resultados.
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