lunes, 18 de junio de 2012

Indefinición y guerra sucia-- POLIMNIA ROMANA

A medida que se acerca el 1º de julio los ciudadanos que no habían definido su voto poco a poco van disminuyendo. Miles de ellos, en especial jóvenes, se pronuncian a favor del candidato que tiene en sus manos la posibilidad de llevar a cabo un cambio real en la forma de hacer política, un cambio en el modelo económico que nos ha conducido a esta crisis, un cambio en el manejo del presupuesto para que sea equitativo y se destine principalmente a programas sociales, a infraestructura, a rescatar la industria nacional, el campo, la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura.

La guerra sucia que emprendió la derecha en contra del candidato que representa ese cambio real, no podrá desanimar a la gente que ha tomado conciencia y que está dispuesta, como nunca, a participar activamente en el próximo proceso electoral.

A Andrés Manuel López Obrador trataron de destruirlo políticamente y no lo lograron, trataron de descalificar y minimizar el gran Movimiento que encabeza pero lejos de lograr su propósito el Movimiento creció y se extendió por todo el territorio nacional. Hoy, ese Movimiento contrarresta la tragedia nacional provocada por la presente administración de sangre y muerte, que al fin llega a su fin.

Sin la esperanza que persiste en el corazón de millones de mexicanos, el panorama sería verdaderamente desolador. El retorno del “nuevo” PRI o la continuidad del PAN resultan un contrasentido si queremos realmente que las cosas cambien para la gente de abajo, para la gente que sufre en carne propia los efectos de la ineptitud, de la irresponsabilidad, de la corrupción y de la impunidad de los gobiernos emanados de esos partidos.

Ya no hay tantos indefinidos como dicen las encuestas televisivas, al contrario, hay una inclinación marcada a favor del cambio.

Los comentaristas y “periodistas” que siguen echándole lodo a Andrés Manuel López Obrador y a su Proyecto Alternativo de Nación no pueden despojarlo de lo más importante: la razón. Sus mismos argumentos se la otorgan una y otra vez.

El país necesita un cambio y éste no vendrá si continuamos por el mismo camino que ofrecen PRI y PAN, camino al que están atados por compromisos que nada tienen que ver con el bienestar del pueblo y la soberanía nacional.

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