Creo que lo más significativo luego del debate de ayer, es lo que se tramó para EPN luego de la silla vacía: la súbita atención a los padres de los bebes muertos en la guardería ABC de Hermosillo quienes fueron citados en Ciudad Obregón por el equipo del priista para reunirse con él, luego que los padres habían enviado una carta petitoria para el esclarecimiento de los hechos a todos los candidatos. Fue “estratégicamente” planeada para subsanar el error del desprecio mostrado contra el movimiento #yo soy132, estrategia “expedita”, “el simulacro de entereza” para minimizar un daño que no tiene ya modo de revertirse.
El estudiante que representa al Colegio de México, Jaime Hernández, lo dijo claramente: Este movimiento estudiantil de protesta se inició porque cotidianamente el país entero y no solamente los jóvenes, es y ha sido insultado por los medios engañado por los medios.
El movimiento ha intentado enarbolar esta causa. El movimiento estudiantil lo que desea es rescatar la dignidad de los ciudadanos de su país. Es apartidista pero no apolítico. Lo que significa que sus participantes acudirán a votar, habrán de elegir a sus dirigentes.
El movimiento seguirá no se detendrá.
Los debates del IFE costaron 5 y 6 millones de pesos cada uno.
Este ejercicio de los universitarios fue pro bono, es decir, el montaje del evento lo consiguieron prácticamente por donación. El ejercicio libre y democrático de ayer organizado por los jóvenes fue un éxito a pesar de las fallas de transmisión, a pesar del boicot descalificador que le aplicaron.
La ausencia del candidato del PRI, Enrique Peña, fue definitivamente lamentable y un acto nocivo para él ante el pueblo. Lo rebaja a calidad de cobarde. La silla del cobarde, de aquel cuya verdadera intención se encamina de la mano de aquello a lo que la mayoría nos oponemos: la farsa, la manipulación, el engaño, la corrupción.
Aquel que representa lo que ha sido históricamente indigno. Vacía quedó la silla, pero ocupada quedó para la posteridad su ser reaccionario y represivo tras la careta de niño relamido, mediante el negarse a asistir al debate que acusa de parcial, de que no le favorece ¿y esa es su estrategia?
¿Qué estrategia descalificaría el sentido democrático de los jóvenes? ¿Qué estrategia no acepta la invitación, la ocasión para mostrar valor para enfrentar a un movimiento que amenaza con cambiar el rumbo de la elección?
La acción de no asistir, denigra a futuros profesionales, técnicos y científicos de México al no dar validez e importancia a sus demandas, que al igual, no lo han hecho con las demandas del pueblo.
Dejó en el centro el PRI, la silla vacía, como símbolo de lo que aquí expongo. Así sería su presidencia para el pueblo, promesas vacías. Pero no lo sería desde luego, para unos cuántos privilegiados quienes saldrían otra vez luego de seis años con sus cuentas bien llenas sin ser perseguidos por la justicia. El México de hoy está bien enterado de esto y ya no lo quiere.
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