Enrique Galván Ochoa
¿Cuántos documentos de identificación nos obliga el gobierno a tener? En primer lugar, la credencial del IFE, que es la que aceptan los bancos y oficinas públicas. Luego, la CURP, la licencia de manejar, el Registro Federal de Causantes, las placas del automóvil, la moticicleta y la bicicleta. Sumen la tarjeta de circulación, la cédula profesional, la cartilla del servicio militar, la credencial del Seguro Social o del Seguro Popular, del Inapam o el ISSSTE. Agreguen las que emiten algunos gobiernos estatales, por ejemplo el ISSSTECali, de Baja California. El fallido Renaut no ha anunciado que tendrá su propia credencial, sería de risa que emitiera más de 150 mil a Felipe Calderón, que tal parece fue el número de ciudadanos que inscribieron su celular con su nombre. Con tantos documentos, los mexicanos tienen el primer lugar mundial en cuanto a volumen de sus carteras –mucha credencial pero poco dinero– y las bolsas de las señoras pesan tanto que con frecuencia les producen tortícolis. La lógica nos indica que el gobierno debería hacer un esfuerzo para eliminar los documentos no indispensables y, como los países del primer mundo, sólo dejara un par de ellos. En Canadá y Estados Unidos –siempre los cito porque son nuestros socios comerciales– basta con el número del seguro social y la licencia de manejar. Ahora bien, ¿cuál es el origen de la credencialitis mexicana? Quizá la razón principal es que es un buen negocio. Los funcionarios adquieren equipo de cómputo, programas, contratan redes de comunicación, etcétera, y casi no hay compra sin comisión. Ahora tenemos encima la amenaza del nuevo carnet que emitirá la Secretaría de Gobernación. Hubo jaloneo al momento de otorgar los contratos, inclusive sospechosismos. El IFAI –Instituto Federal de Acceso a la Información Pública– acaba de hacer una serie de obervaciones cuyo destinatario es Fernando Gómez Mont. La presidenta, Jacqueline Peschard, cuidó mucho las palabras para no meterse en problemas. Ya saben ustedes que para el nuevo carnet tendremos que permitir que nos fotografíen el iris de ambos ojos y nos tomen las huellas de los diez dedos. Con lo obtuso que suelen ser algunos burócratas, ya podemos anticipar el embrollo que será cuando un ciudadano esté incompleto, es decir, que le falte un ojo, o los dos, o algunos dedos de la mano. El IFAI se lo dice a Gómez Mont con un giro elegante: “La captura del iris de ambos ojos, en adición a las diez huellas dactilares de las personas, no resultaría proporcional, toda vez que bastaría con uno de los dos biométricos, en adición al resto de los datos personales que conforman el Registro Nacional de Población, para lograr el objetivo de identificar fehacientemente que una persona es quien dice ser”. ¿Qué quiso decir la señora Peschard con eso que no resultaría proporcional? La única proporcionalidad indispensable en el negocio de las credenciales es que queden satisfechos los intereses de los proveedores y los compradores del gobierno. ¿O no? En realidad, si se combinaran los datos que ya tienen de nosotros no sería necesaria otra credencial, bastaría la del IFE. No hace falta, pues, fotografiar los dos ojos ni tomar las huellas de los diez dedos. El problema es que tal vez adquirieron un equipo muy sobrado y costoso y ahora querrán emplearlo a como dé lugar.
Crédito hipotecario
¿Está a nuestro alcance adquirir una casa nueva en medio de la difícil situación económica que vivimos? Depende de muchos factores. Es un compromiso que adquiriremos por muchos años. Banco Santander lanzó esta semana un nuevo plan que parece atractivo. La hipoteca es a 15 o 20 años y el pago mensual no tendrá ningún tipo de ajuste durante todo el periodo. La tasa de interés, fija y en pesos, es de 10.53%. Santander incluye en el paquete un seguro de vida, de daños y de desempleo. Esto último puede ser muy interesante para los clientes. Revisen las condiciones.
@Vox Populi
Asunto: el cuidado de la salud financiera
Te explico: desde hace como cuatro años tengo una tarjeta de Suburbia que nunca he utilizado; cada año pago la anualidad y listo. Este año la dividieron en tres exhibiciones: pagué la primera (en febrero), la segunda me llegó retrasada y ya con un interés moratorio, por lo cual llamé y me dijeron que ni modo, tenía que pagar el interés. Me dio mucho coraje y no he pagado nada. A la fecha ya les debo casi 600 pesos, sólo de intereses. El problema es que el 22 de abril tomaron de mi cuenta de ahorros una parte (a lo chino, claro). El banco se niega a hacerme bonificación alguna o a cancelarme la tarjeta, por ello te pido los datos del ombudsman.
Antonio De Paz/DF
R: Deberían obligar a los bancos a poner en las tarjetas una leyenda parecida a la de las cajetillas de cigarros: “Este producto puede ser dañino para tu salud… financiera”. Van los datos.
Asunto: ese desbarajuste llamado Renaut
Espero que por medio de tu espacio les digas a los del Renaut que son mentirosos e irresponsables. Me adjudicaron un número celular que no es mío, al día siguente que hice mi registro (28/03/2010). Acudí al centro de atención a clientes de Telcel, pero, oh sorpresa, resulta que para que tú puedas dar de baja un teléfono que no es tuyo te piden los diez dígitos del celular que tú obviamente desconoces. Quienes están al frente del Renaut son tontos o se hacen. Lo curioso de todo esto es que los celulares que le adjudicaron a Slim, Calderón y otros personajes sí se los dieron de baja, en cambio, los que somos simples mortales nos quedamos indefensos ante tales abusos. Ahora, ¿ante quién se presenta una queja al respecto, cuando los del Renaut no te dan información adicional?
Silvio Lira Mojica/DF
R: ¿Tontos? No. Qué tontos van a ser. Las transas les salen requetebién.
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