lunes, 3 de mayo de 2010

Jacobo Zabludovsky ..Felipulitzer ((Cuentos infantiles))



03 de mayo de 2010

No fue un día cualquiera. Fue el miércoles, cuando mataron a 29 personas en Chihuahua, incluidos cuatro estudiantes; fusilaron a ocho hombres de entre 17 y 40 años en Ciudad Juárez; asesinaron a cinco con armas de alto calibre en Acapulco y otros municipios; soldados del Ejército mexicano liberaron en un rancho de Nuevo León a l6 secuestrados y encadenados; diputados de Morelos pidieron ayuda a la Secretaría de Gobernación para evitar un frente de guerra en Cuernavaca; llegaron a 322 en dos meses, del 18 de febrero al 18 de abril, los muertos en combates de mafiosos en Tamaulipas; encontraron casi siete millones de pesos en casa de una ex funcionaria asesinada en Saltillo; un grupo de paramilitares encapuchados atacó a balazos una caravana de civiles en Oaxaca y mató a dos, entre ellos un finlandés, y dejó ocho en calidad de desaparecidos; la Suprema Corte de Justicia ordenó liberar, después de cuatro años de cárcel, a dos indígenas inocentes, acusadas de secuestrar a seis agentes federales. La UNICEF reveló que más de 20 millones de niños mexicanos viven en la pobreza, extrema para una cuarta parte de ellos. Millones de jóvenes sin cupo en escuelas superiores.
En medio de esa abundancia casi bíblica de desastres (los anotados son ejemplos dispersos), el presidente Calderón sueña, no como aquel personaje de García Márquez que se alquilaba para soñar sino más bien como Martín Luther King que soñaba convertir en realidad su sueño.


Ese miércoles en Monterrey, ausente el ingenuo Joaquín Sabina y tranquila la patria, el señor Calderón sin la angustia de las prisas dedicó tiempo a soñar despierto su periódico ideal. “Sueño algún día poder ver, leer o escuchar en un medio en el que hay dos partes en la página. En una los hechos o las noticias malas y en otro las noticias buenas. Ya sabrá uno ponderar. Es impresionante ver una página de niños víctimas (de la guerra contra el narco) que es lo que más duele a cualquiera: primera plana, plana 3, plana 4 más completa. Y en la página 16 una foto de este tamañito con un soldado cargando a un niño de año y medio de edad que acaban de rescatar. Porque esa foto le da sentido a lo que hacemos”, dijo don Felipe a 150 estudiantes y empresarios que no obstante su selección a modo le resultaron respondones. Ese día se publicó que 97 niños han muerto este año (mayo apenas) en la guerra contra el crimen organizado.


El sueño presidencial equivale, así lo percibimos, a una cátedra de comunicación. Viene a modificar la primera lección del primer día del primer curso de las escuelas de periodismo: “No es noticia que un perro muerda a un señor; es noticia que un señor muerda a un perro”. Desde ahora también es noticia que un perro muerda a un señor. Cada media plana dedicada a un señor que muerde perros debe compensarse con la de un perro que muerde señores. Aplicada la enseñanza al presente, que se promulgue en Arizona una vergonzosa ley racista obliga a dar media plana a la ley de Arizona y la otra media a los estados o países donde esa ley no existe. Media a que don Felipe esta hoy en Europa y la otra media a los presidentes que no están.


La sana recomendación, no decreto, presidencial, es de utilidad inmediata. Media plana al incendio culposo de una guardería en que mueren quemados 49 niños y la otra media a las guarderías donde no han ocurrido incendios. Media plana a los 15 niños asesinados a balazos al salir de una fiesta y otra media a las fiestas de las que salen contentos y alcanzan a llegar a su casa vivitos y coleando. Media plana a los combates callejeros con profesores muertos por estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, y la otra media a los casos en que la gente sale a la calle y no la sorprende una batalla vietnamita. Media plana a la prosperidad de talleres de blindaje de coches y la otra media a los talleres en que no se blindan. Media plana a los cementerios y media a las salas de maternidad.


Si el buen juez por su casa empieza empecemos por dedicar media plana a los discursos y dejemos la otra media en blanco. O media plana a discursos y la otra a hechos. O media plana a discursos y la otra media a lo que cualquiera opina de los discursos. O media plana a discursos y la otra al crucigrama. Las aplicaciones son infinitas. Se abren al periodismo mundial horizontes insospechados. La aportación al oficio es de agradecerse, sobre todo en estos procelosos tiempos en que inventos satánicos amenazan la segunda profesión más vieja del mundo. Esto no es un asunto de perros y señores que se muerden unos a otros. Es cosa de equilibrio. Ni más ni menos.


Soñemos juntos, unidos, solidarios. Y si usted no sueña, perciba.


Soñar es percibir dormido.

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