jueves, 21 de junio de 2012

Crítica al debate #YoSoy132- EL POZO DE LOS DESEOS REPRIMIDOSÁlvaro Cueva

Me siento profundamente orgulloso como mexicano, como periodista y como crítico de televisión del Debate #YoSoy132 que se transmitió por diferentes páginas de Internet la noche del martes pasado.

¿Por qué? Sí, ¿por qué? ¿Por qué si finalmente fue algo que vieron muy pocas personas en comparación con las que vieron los debates del IFE? ¿Por qué si faltó uno de los candidatos? ¿Por qué?

Porque para mí fue la más hermosa demostración de lo que sucede cuando hay educación y acceso a los medios.

Porque ahí está el ejemplo más claro del inmenso México que podríamos tener si todos nuestros jóvenes recibieran una educación de calidad como esos muchachos.

Si todos nuestros jóvenes recibieran la oportunidad de desarrollarse como esos estudiantes, si todos nuestros ciudadanos tuvieran un esquema mediático diferente y si todos nuestros ciudadanos gozaran de los beneficios de las nuevas tecnologías.

Si el Debate #YoSoy132 fracasa no va a ser porque hubiera estado mal organizado, no va a ser porque hubiera malas intenciones en su diseño, va a ser porque muy pocas personas lo pudieron ver.

Va a ser porque esos muchachos no contaron con recursos propios, ajenos a los que algunos medios tradicionales les ofrecieron, para garantizar una buena transmisión.

Aceptar el respaldo de un medio tradicional, así hubiera sido el más honesto de todos, hubiera significado una traición. Recordemos que una de las razones por las que surgió el Movimiento #YoSoy132 fue precisamente para hacerle una crítica a los medios tradicionales.

¿Qué le puedo decir del Debate #YoSoy132? Que es una cachetada con guante blanco a la incompetencia de nuestras instituciones porque ahí se hizo y se dijo lo que no se había hecho y lo que no se había dicho en ningún otro lado.

Y que fue un evento que a muchas personas nos devolvió la esperanza en México, en los jóvenes y hasta en los políticos.

Porque los políticos que fueron, ganaron. Josefina Vázquez Mota jamás se había visto ni tan relajada ni tan competente.

Andrés Manuel López Obrador no se quedó con ganas de nada. ¿Y qué me dice de Gabriel Quadri? También salió bien librado.

¡De la que se perdió Enrique Peña Nieto! Porque, a quienes vimos esta emisión nos consta, ahí a nadie se le faltó al respeto, ahí jamás se trató de beneficiar o de perjudicar a un partido político.

¡Para que luego le andemos haciendo caso a las guerras sucias que insisten en desprestigiar este movimiento! Ahí están las pruebas. ¿Qué más necesitamos que nos digan?

¿Pero sabe qué fue lo más sensacional? Que sí pudimos escuchar ideas, que, para bien o para mal, sí pudimos conocer mejor a los candidatos, que este ejercicio sí sirvió.

Por lo mismo, a la mañana siguiente, me llamó la atención que, salvo honrosas excepciones, no hubiera sido la nota más importante en los noticiarios de la televisión abierta nacional y que ningún medio tradicional se hubiera ofrecido a realizar una retransmisión tal y como sucede con los deportes, con los conciertos.

¿Qué le puedo decir del Debate #YoSoy132 a manera de crítica? Obviamente que la transmisión en vivo estuvo pésima y que es impresionante la intolerancia a cualquier comentario negativo por parte de los seguidores de este movimiento.

Lo siento pero forma es fondo y, a pesar de que la señal experimental del canal 21.1 del Distrito Federal y de que algunas estaciones de radio del Valle de México difundieron el debate y de que algunos canales como MILENIO Televisión y EfektoTV hicieron lo que pudieron para reportar la nota en directo, ahí se perdió la oportunidad de llegarle a más personas.

Independientemente de esto, que es técnico, la primera fase del Debate #YoSoy132 fue una desgracia.

Sus organizadores se quisieron ver más rigurosos que el IFE, se manejó un tono que oscilaba entre la soberbia y lo acartonado, y los universitarios que realizaron las preguntas no estaban cuestionando, estaban jugando a “cualquier cosa que me digas va a estar mal y yo siempre voy a saber más que tú”.

La segunda fase fue una delicia. Por primera vez desde que iniciaron las campañas pudimos ver a los candidatos interactuando como personas de carne y hueso. Excelente conducción, excelente manejo de los tiempos y movimientos.

Ya la tercera fase, con las preguntas formuladas por el público, fue un delirio, lo que muchos esperábamos ver para sacar nuestras propias conclusiones. Todo perfecto a nivel moderador. Gratísima experiencia.

¡Qué tan bueno no habrá estado el Debate #YoSoy132 que casi no hubo chistes en las redes sociales a la hora de la transmisión!

Estamos, definitivamente, ante un acontecimiento histórico. Ya sí sirve o no sirve, eso dependerá de usted.

A mí lo que me preocupa es lo que pase a partir de ahora, que el silencio y la manipulación terminen por asfixiar este esfuerzo, que no pase nada. ¿A usted no?

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