sábado, 23 de junio de 2012

El falso feminismo de Josefina Vázquez Mota-- (Versión última con “Cuchi”, digo, “Fuchi”, incluido)- HECTOR PALACIO

En columnas anteriores establecí la importancia de no tomar decisiones electorales con base en la preferencia sexual, el género o la imagen, sino en la capacidad y la ética de los candidatos.

A raíz de la elección de Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN, sus seguidores y los periodistas oficiosos trataron de destacar su condición de mujer ya sea para elogiarla o para advertir de posibles ataques machistas, sexistas, misóginos y demás, en su contra. Argumentaron que ya es tiempo de que en México gobierne una mujer, como si esa posibilidad por sí sola representara un triunfo del género y, por tanto, de la democracia. Este argumento nunca prosperó durante la campaña y prácticamente lo abandonaron. Pero ahora que Josefina está en caída constante a pesar de la ayuda de medios como Milenio o la presidencia de la república, la candidata y el PAN han vuelto con la cantaleta de lo femenino. Entre otras cosas, la tontería del “cuchi-cuchi”. Como si el elector fuera retardado mental y estuviera pronto a caer en las garras de una mercadotecnia de lavadero. Y como si la panista simbolizara la quintaesencia de lo femenino. Nada más lejano de la verdad. Ese supuesto feminismo habrá que cotejarlo con la realidad.

El presente y el pasado de Vázquez Mota evidencian un falso feminismo. Este no se trata sino de una campaña de evidente mercadeo del tipo del ideólogo derechista internacional español Antonio Solá, el coautor del odio y la guerra de estiércol en la campaña presidencial de 2006, particularmente con la frase maldita “Un peligro para México”. Misma que despliega con fruición donde quiera que ofrezca los servicios de su compañía Ostos & Sola (con red en España y Latinoamérica). Ya bien se ha visto que el peligro para México y para el terreno de la ética política es esta suerte de mercenario internacional contemporáneo.

Aquí algunas preguntas para Josefina y su ideólogo.

1. ¿Por qué ubicarse hoy en el plano de la mujer que lucha contra el mundo político dominado por los hombres cuando lo que ha estado haciendo durante toda su carrera burocrática ha sido precisamente promover y defender a los hombres de su partido: Vicente Fox y Felipe Calderón entre ellos, y por qué incorporara básicamente a hombres en su equipo cercano?

2. ¿Defiende a las mujeres abanderando la derrota moral del PAN en 12 años de poder, ese fracaso confirmado que atisbara Cosío Villegas en 1947 partiendo de la idea de que este partido sólo poseía la crítica obstinada a la Revolución Mexicana y la ideología de la iglesia católica, el cual se desplomaría al hacerse gobierno por carecer de principios y de hombres (y mujeres) con la altura suficiente para dirigir al país?

3. ¿Representa a las mujeres siendo afiliada de un partido anti-abortista, anti-homosexuales y básicamente intolerante?

4. ¿Las representa defendiendo al gobierno de una guerra -jamás consultada a la población o al Congreso- con alrededor de 60 mil muertos y violencia generalizada cuya política ha dicho continuaría en caso de ganar la elección?

5. ¿Arrastrando la debacle del desarrollo social con justicia y la educación habiendo sido ella misma la encargada de las secretarías de Desarrollo Social y de Educación Pública?

6. ¿Teniendo un historial tan poco decoroso, más bien vergonzoso, como diputada ausente de la cámara; dónde andaba?

7. ¿Es feminista exhibiéndose tan carente de propuestas, sólo reiterando las prácticas de su partido como cuando en 2005-2006 entregó el padrón de la SEDESOL a Hildebrando, la empresa del cuñado de Felipe Calderón, con fines electorales?

8. ¿Mostrándose tan vacía de sensibilidad social desviando fondos ($56millones de pesos, se ha denunciado) de la SEDESOL destinados a los tarahumaras?

9. ¿Tan ensimismada en la modificación de la propia imagen –del negro amenazante al pastel ternura- con la cual, evidentemente, no se siente a gusto?

10. ¿Representa a las mujeres excluyendo a una de sus hijas de la portada de la revista Quién, según se especula, porque su problema de obesidad habría perjudicado la foto familiar y, sobre todo, la anoréxica figura de la candidata del PAN quien sólo quiere imágenes “bonitas” para ella y para México?

11. ¿Las representa en sus discursos huecos, robóticos, de autómata y densamente cargados de mero objetivo “motivacional” que no conecta con la realidad del país y que sólo pretenden embaucar al votante?

12. ¿Las incorpora en cada tropezón o error público como el del estadio de futbol, el fortalecimiento del lavado de dinero, o las críticas tontas a las universidades de la Ibero y la UNAM, entre otros que se acumulan cotidianamente y de los cuales se evade responsabilizando a otros, a los medios, a las redes sociales?

13. ¿Representa a las mujeres, en fin, contratando al mercenario del “marketing político”, Antonio Solá, como “ideólogo” para atacar a sus adversarios a través de calumnias tal cual hiciera Calderón en 2006?

14. ¿Encarna a la mujer mexicana en ese juego bobo, soso, del “cuchi-cuchi”, experiencia personal quizá, restándole inteligencia a sus electoras y a su respectivas parejas?

15. ¿Representa a las mujeres quien ha hecho su carrera y su campaña con base en las medias verdades o las mentiras flagrantes como las de su relación con su “querida amiga” Elba Ester Gordillo o estas últimas de incorporar a su imposible gabinete a personas como Esther Orozco y el nobel de Química Mario Molina, siendo que estos mismos rechazaron la versión de manera clara y contundente?

16. ¿Etcétera…?

El problema de Josefina Vázquez Mota es que no sólo arrastra y carga su propio pasado y su presente, también los de su partido, los de Vicente Fox y los del ejecutivo actual. Una larga cola de agravios a la sociedad, al país que el panismo no ha sabido gobernar y del cual ella ha sido, con bigote o sin bigote, coparticipe durante todo ese tiempo. No lo podrá negar pues no lo puede ocultar.



P.D. Ya es hora de pensar en ejercer el voto razonado que pueda llegar a ser útil.

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