“¿Quién es Quadri?”[i] fue la pregunta obligada para la mayoría de los mexicanos. Excepto para quienes leen Letras Libres o su área de trabajo está enfocada en el desarrollo sustentable y el análisis de impacto ambiental, el candidato presidencial por el Partido Nueva Alianza era un completo desconocido.
En una época donde “la fama” y los recursos que conlleva se transan fácilmente por los valores que hoy en día se consideran obsoletos, la congruencia, la ética, la modestia y la austeridad brillan por su ausencia.
Y es que hay quien piensa que vale la pena traicionarse a sí mismo, perder el respeto de propios y extraños, servir dócil y eficazmente a la peor ralea política y aún así salir ganando. Ese es el caso de Gabriel Quadri, estimado lector.
“Quadri ya ganó”[ii] decían algunos analistas políticos que además, se esforzaban en consolidar la imagen de candidato “puro”, alejado de “los políticos”, en un escenario tan surrealista como el propio partido Nueva Alianza, creación y administración del SNTE, a la sombra de la señora Gordillo. Afirma el señor Mario Campos:
“No obstante Quadri tiene mucho que ganar y poco que perder. Aunque goza de un nombre en el campo mediambiental, en donde se ha desarrollado profesionalmente, no ha hecho ni pretende hacer una carrera política. No se juega en esta campaña su futuro económico pues vive de su trabajo como consultor desde hace muchos años y eso no lo va a perder con esta contienda cualquiera que sea el resultado. En contraste puede capitalizar la exposición natural que viene con su nuevo rol siempre y cuando logre varios puntos estratégicos: primero, que su campaña sea guiada con estrategia, no con ocurrencias. Se entiende que necesita hacer cosas distintas para captar la atención, y así lo ha hecho, fue el primero en registrarse ante el IFE justo en el primer minuto del día oficial”[iii]
Por supuesto, Quadri y sus partidarios apuestan por la corta memoria que se atribuye al pueblo de México. ¿Se nos va a olvidar que Gabriel Quadri operó a favor de la profesora Elba Esther Gordillo? ¿Recordaremos que el partido Nueva Alianza, que utiliza recursos destinados a la educación de los niños de este país, conservó su registro gracias a las dotes circenses de Gabriel Quadri? [iv]Ojalá que no, estimado lector.
Es evidente que Gabriel Quadri ha operado para beneficiar al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, con quien reconoce “coincidir” en la mayoría de sus propuestas. No así con la candidata del PAN, enemiga declarada de su mecenas política. Tan frívolo como su candidatura, el argumento “usted le decía querida amiga a la maestra Elba Esther Gordillo” retrata de cuerpo entero al desafortunado académico. Amaestrado a conveniencia de su ama, él está en la contienda electoral para protegerla de cualquier “ataque mal intencionado” que provenga de sus ex colaboradores.
Con Enrique Peña Nieto, Quadri tiene asegurada una secretaría de Estado. Si es la SEMARNAT, la corrupción que fomentaría sería enorme. Quadri tiene precio. Su trabajo también. Los contratos y permisos no serían la excepción.
¿Usted qué opina, estimado lector?
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