“Hace tiempo que aprendí a no luchar contra un cerdo. Terminas todo sucio y, además, al cerdo le gusta”.
Por esa sabia enseñanza de George Bernard Shaw he decidido no polemizar nunca más en las redes sociales con los fanáticos que apoyan a los candidatos presidenciales. Sobre todo no lo haré con los que llaman “traición” a cualquier crítica que se hace al político que defienden.
Bertrand Russell diría que el problema en el Twitter político es que los imbéciles y los fanáticos, que son muchísimos, siempre están seguros de lo que dicen, mientras que las personas razonables en la red social, que no son tantas, invariablemente tienen dudas.
“Aun derrotado hay que saber joder al enemigo”, leí en internet. Interesante será saber qué harán, después del primero de julio, los tuiteros fanáticos de los candidatos que resulten derrotados.
Según Freud, hay dos maneras de ser feliz: “una es hacerse el idiota; la otra es serlo”. Por la primera o por la segunda, sobre todo por la segunda, qué felices se ven en Twitter los fanáticos políticos defendiendo sus ideas, particularmente cuando es evidente que no tienen la razón.
NOTA.
Sergio Sarmiento dice hoy viernes 22 de junio, en su columna de Reforma, lo siguiente: “Voto útil. El 20 de junio SDPnoticias.com distribuyó una nota con mi foto en la que se afirmaba que yo había firmado un desplegado pidiendo el voto útil para López Obrador. Aclaro: Nunca firmo desplegados, nunca apoyo a candidatos”.
En SDPnoticias.com se aclaró, el 21 de junio que fue un error haber involucrado al señor Sarmiento en un grupo de ciudadanos que buscan el voto útil para AMLO:
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