El sordito que habita en Los Pinos y que a cada rato invita a todos a unir fuerzas por un ideal de país, de dientes para afuera por supuesto, ESTÁ OBLIGADO a atender la solicitud que le hicieron, por un lado, los Senadores del PRI, PRD, PT y Convergencia, de revocar de inmediato la concesión minera de Cananea a Grupo México, y por otro lado, el exhorto que le hizo el Congreso de Sonora para que obligue a Grupo México a cumplir con sus responsabilidades de atención social a mineros y ex mineros en Cananea, y que no utilice la fuerza pública contra los mineros y sus familiares.
En este asunto tan delicado están en juego no sólo los derechos laborales de los mineros, que cuentan con el apoyo y la solidaridad de muchas organizaciones nacionales e internacionales, se está poniendo en riesgo a toda la región.
En pocas palabras, si el gobierno antepone el interés de un empresario, Germán Larrea, a lo que por ley les corresponde a los trabajadores mineros, el Estado incumplirá con una obligación fundamental que es mantener la paz, la armonía y la estabilidad. Ya son muchas las provocaciones del gobierno usurpador.
Ahora, a través del peor de sus achichincles, Javier Lozano, pretende entregar migajas como liquidación a los mineros para que la empresa contrate, ya sin sindicato de por medio, a trabajadores con sueldos de hambre y sin prestaciones ni seguridad social. Vamos a ver en unos días la respuesta de un sector importante de trabajadores mexicanos que perciben en este atropello lo que les puede suceder en adelante.
Son miles, millones de hombres y mujeres los que no van a permitir que se cancele en México el derecho a huelga y se retroceda en una lucha que hace un siglo dio paso a la Revolución Mexicana. Mientras los políticos y sus partidos se pelean por las rebanadas de pastel, el pueblo la está pasando mal, muy mal, tan mal que puede llegar el momento en el que no le importe jugarse la vida y decida iniciar una revuelta.
Por lo pronto se está organizando ya un paro nacional y un referéndum para exigir la renuncia de Calderón. Ya que Calderón es un traidor, que traicione ahora a los poderosos que lo impusieron en el cargo y voltee la mirada hacia el pueblo, que está pagando en carne propia las facturas que firmó el pelele. ¡Que saque a Grupo México de Cananea para evitar una tragedia!
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