sábado, 1 de mayo de 2010

Congreso improductivo ..Serpientes y Escaleras


En el pasmoso paréntesis de cinco meses que abrieron ayer nuestros costosos e improductivos legisladores, dejaron pendientes desde las reformas a la Ley de Seguridad Nacional, aprobadas por el Senado pero puestas en pausa por los diputados, hasta la ampliación de facultades para la CNDH, pasando por una urgente reforma laboral que ni siquiera se tomaron la molestia de debatir, y una reforma del Estado que, con todo y costosos foros de discusión e iniciativa presidencial, parece secuestrada por el choque de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo

En México las mayorías parlamentarias son de convenencia y de coyuntura; no tienen una agenda común y no responden a un plan de gobierno.
Escudados en la demagógica “búsqueda del consenso”, con la que encubren la mezquina defensa de sus intereses político-electorales, los diputados y senadores del Congreso federal clausuraron su periodo ordinario sin resolver completamente las iniciativas y reformas de fondo que tenían en la agenda de las prioridades y, ante la inminencia de las elecciones en 12 estados, prácticamente cerraron la posibilidad de acuerdos y aprobación de esas reformas hasta septiembre próximo.

En el pasmoso paréntesis de cinco meses que abrieron ayer nuestros costosos e improductivos legisladores, dejaron pendientes desde las reformas a la Ley de Seguridad Nacional, aprobadas por el Senado pero puestas en pausa por los diputados, hasta la ampliación de facultades para la CNDH, pasando por una urgente reforma laboral que ni siquiera se tomaron la molestia de debatir, y una reforma del Estado que, con todo y costosos foros de discusión e iniciativa presidencial, parece secuestrada por el choque de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo.


Ni siquiera es seguro que en septiembre realmente se decidan a discutir en serio éstas y otras iniciativas pendientes, como la reforma a los medios y las telecomunicaciones, pues así como ahora se frenaron por los comicios de gobernador que, con la creación de las alianzas entre PAN y PRD alteraron y modificaron las mayorías parlamentarias, es muy posible que en septiembre, sin decirlo nunca claramente, entren ya en la dinámica de la sucesión presidencial en marcha y prefieran posponer nuevamente la agenda legislativa para privilegiar sus luchas políticas.


Para los grilleros legisladores mexicanos, la construcción de mayorías responsables que opera en cualquier democracia seria es algo inexistente. Aquí, si no hay negociaciones oscuras de por medio, en las que —“te apruebo tal reforma pero tú me das estas posiciones” o “me apoyas en esta ley y yo te apoyo en la que a tu partido le interesa”— difícilmente avanzarán en temas de trascendencia que no les favorezcan en algún sentido. Utilizan la política como un trueque burdo —que nada tendría de malo, salvo porque lo hacen a escondidas y no siempre pensando en el interés del país, sino en el de sus grupos de poder— en el que nunca, salvo muy contadas y esporádicas excepciones, importa el pueblo al que constitucionalmente representan.


Aquí las mayorías parlamentarias son de convenencia y de coyuntura; no tienen una agenda común y no responden a un plan de gobierno, sino agendas de intereses particulares ya sea de los partidos, de sus jefes políticos en turno o de empresarios que financian proyectos políticos a cambio de que se legisle para sus intereses. Calderón se alía con el PRI si le conviene y si puede pagar el precio que cobran los interesados priístas. Pero si electoralmente necesita del PRD para que su débil partido no sea aplastado por el priísmo, entonces rompe con los aliados tricolores y busca el apoyo de sus archienemigos amarillos. La pírrica construcción de mayorías está más en función del calendario electoral que de las necesidades y urgencias de la República y sus habitantes.



Y cuando, como acaba de ocurrir en el periodo que termina, no quieren que avancen ciertas reformas o leyes importantes, entonces recurren al falaz y manipulado concepto del “consenso”, y escuchamos discursos como: “estamos buscando los acuerdos necesarios porque queremos que la reforma sea producto del consenso y no de la imposición de ningún partido”, que lo mismo pronuncia Navarrete, que Beltrones o Madero.


Peor aún, cuando en una Cámara llegan a lograrlo, con todo y la demagogia, acuerdos para sacar por unanimidad alguna reforma, en la otra cámara, en un extraño recelo de protagonismo, se encargarán de frenar la “consensuada” ley porque “a nosotros nadie nos consultó”, como si lo que importara fuera la opinión de ellos y no el tema de fondo que se discute en esas leyes y el apremio con que son reclamadas por la sociedad.


Véase si no lo que acaba de ocurrir con la reforma a los derechos humanos y a la comisión nacional que los tutela, ¿qué razón había, si no el protagonismo o los intereses de algunos para que los diputados se negaran a aprobarla y se gastaran intencionalmente el tiempo, si ya en el Senado sus compañeros de partido la habían aprobado en una poco usual unanimidad?


Mezquindad y pequeñez; miedo a construir mayorías efectivas con el argumento de que “el actual marco legal no facilita los acuerdos y no nos da incentivos”, actuaciones marcadas por los intereses políticos y privados, mas nunca por los de la sociedad a la que dicen representar, eso es lo que define a nuestros enanos legisladores. Todos, sin distinción de colores ni partidos, dan muy poco y nos cuestan demasiado.


NOTAS INDISCRETAS… Afortunado en el riesgo y desafortunado en el amor. Mientras esta semana su actuación en la negociación y rescate de los rehenes que tomaron unos inexpertos asaltantes, le valió elogios y aplausos de medios y dirigentes de organismos civiles, la prensa del corazón revelaba que el procurador Miguel Ángel Mancera terminó su relación sentimental con prominente diputada perredista. Aunque eso sí, decían los chismes confirmados por allegados a los dos políticos, “quedaron como buenos amigos”; ni hablar a veces no se tiene todo en la vida... Ayer a propósito del Día del Niño, el gobernador Peña Nieto dijo en un discurso en Zumpango, que “los niños del Estado de México son la inspiración de lo que hacemos para la sociedad en general, para que su niñez tenga un futuro más promisorio, de mayores oportunidades para el mañana”. El discurso llegó tarde para Paulette... El sensei Manuel Mondragón no aplica su función al frente de la SSP capitalina, la serenidad y la sensatez que exigen las artes marciales, cuyas ramas del karate y el taekwondo, él introdujo a México. La aprobación de las reformas a la Ley de Establecimientos que ampliaron el horario de los antros y bares hasta las 5 de la mañana, provocaron en el secretario un entripado que ni siquiera quería comentar el asunto. Y es que, más que preocuparle la seguridad de los jóvenes que gustan de la fiesta, Mondragón despotricaba porque la nueva ley aumentará la carga de trabajo para su ya de por sí incapaz y cuestionada policía. Porque la SSP será la encargada de supervisar la instalación y funcionamiento de cámaras de seguridad y detectores de metales en los antros, además de tener que proporcionar personal capacitado para la aplicación del alcoholímetro en los antros y bares. Serenidad y paciencia, sensei Mondragón… Se detienen los dados. Tocó Escalera.

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