sábado, 8 de mayo de 2010

La guerra incierta -- Serpientes y Escaleras


Si no se ve con claridad si hay una estrategia integral para someter a los cárteles de la droga, más allá de los golpes de fuerza que se dan a algunas organizaciones a los que se decomisan armas y droga, además de detener a algunas de sus cabezas y sicarios, mucho menos es posible apreciar con certeza si este gobierno sabe cuánto tiempo le llevará lograr el objetivo que se planteó cuando declaró la guerra a los capos de la droga

Mientras Gómez Mont ve un descenso inminente de la violencia, García Luna advierte que pueden pasar todavía algunos años para que esto pase.

¿Cuándo terminará o al menos disminuirá la violencia y el terror que rodean a la guerra declarada por este gobierno contra el crimen organizado? La pregunta que se hacen muchos mexicanos no parece en estos momentos tener una respuesta cierta y clara por parte de las autoridades.

Si no se ve con claridad si hay una estrategia integral para someter a los cárteles de la droga, más allá de los golpes de fuerza que se dan a algunas organizaciones a los que se decomisan armas y droga, además de detener a algunas de sus cabezas y sicarios, mucho menos es posible apreciar con certeza si este gobierno sabe cuánto tiempo le llevará lograr el objetivo que se planteó cuando declaró la guerra a los capos de la droga.





Ni siquiera en el gabinete de Calderón parece haber un acuerdo sobre la duración de esta guerra. Esta semana se evidenció esa incertidumbre cuando el secretario de Gobernación, de visita en Washington, anunció, casi en tono profético, que en las siguientes semanas comenzaría a disminuir la violencia en el país, lo que hizo que algunos interpretaran que a partir de junio se cumpliría el pronóstico del encargado de la política interna. ¿Con base en qué lanzó su sentencia? No se supo pero hubo quienes pidieron darle a Gómez Mont, que habló de plazos perentorios después de reunirse con Janet Napolitano, el beneficio de la duda.

Pero casi al mismo tiempo que Gómez Mont predicaba desde la Casa Blanca, aquí en México, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, decía a la agencia alemana Reuters que era difícil predecir la terminación de la fase más intensa de la guerra contra los cárteles de la droga. Sin embargo, como referente que podía dar una idea de tiempo, el titular de la SSP y el ideólogo de la “guerra frontal” contra los capos, puso los ejemplos de otros países y ciudades que emprendieron este tipo de estrategias de confrontaciones contra las mafias como Italia, Colombia, Nueva York y Chicago, a los que someter a los mafiosos y recuperar la tranquilidad les llevó de cinco a diez años.



Es decir, que mientras Gómez Mont veía un descenso inminente de la violencia, García Luna advertía que pueden pasar todavía algunos años para que el país pase la fase de turbulencia que dejan guerras como la que aquí se vive. ¿Qué información tiene uno y otro secretario? ¿No es la misma? ¿No está hablado en el gobierno cuáles son las fases de esta estrategia de combate y los plazos que se han fijado para lograr objetivos? ¿O cada quien hace sus propios escenarios y estrategias, por un lado García Luna, por el otro el Ejército, haciendo lo suyo la Marina y con su propia visión Gómez Mont?


¡Qué alguien nos diga por favor que sí se ponen de acuerdo y que sí hay una estrategia común! Que al menos si no supieron cómo comenzaron esta guerra, lanzada entre la urgencia del desafío de los criminales al Estado y la búsqueda de legitimidad política, haya alguien que sepa cómo terminarla y cómo devolverle paulatinamente al país y a los mexicanos la tranquilidad que han perdido y acabar con la incertidumbre y el miedo en que hoy viven millones de mexicanos.


No hace mucho, en la Sedena, un grupo de generales comentaba que este tipo de guerras “no es posible ganarlas, pero tampoco podemos perderlas”.


¿QUÉ ESTÁ VIENDO LA DEA?

Para colmo, como si no bastara la percepción que generaron los secretarios calderonistas de una guerra desordenada y sin plazos claros, el director de la DEA atizó aún más la confusión al ponerle como plazo fatal a esta guerra contra el narco el 2012. Pero más que un plazo estratégico, Anthony Plácido se refirió a un plazo político, pues expresó su temor de que el presidente que suceda a Calderón en el cargo quiera continuar con la misma política de guerra frontal a los capos de la droga.


Hay en esa declaración del zar antidrogas estadounidense varias interpretaciones de lo más interesantes. La primera es que la DEA parece ya dar por descontado que en 2012 el PAN no repetirá en la Presidencia y que no llegará al poder el candidato que Calderón pudiera apoyar en su partido. De ahí podría inferirse que el señor Plácido, quizás basado en sus análisis prospectivos, debe estar dando por hecho que un partido distinto al blanquiazul gobernará México a partir de esa fecha.



¿Estará ya viendo el director de la DEA el regreso del PRI al poder? ¿O pensará que el PRD con sus aliados de izquierda puede ganar la Presidencia? De ser lo primero, que parece lo más lógico desde la óptica de Washington, ¿está sugiriendo Plácido que al PRI y a los priístas, llámense Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones o Beatriz Paredes, no les interesa combatir a los narcos y que, si llegan al poder, volverán al esquema de negociar y pactar con los cárteles de la droga?


Vaya mensaje del jefe de la DEA para el PRI y para los mexicanos. ¿Creerá de verdad el señor Plácido que en dos años se lograra “descabezar” a los principales cárteles y que se acabará el problema del narcotráfico en México? Cuesta creer que el zar antidrogas de Washington no sepa que la producción y el comercio ilegal de las drogas seguirá mientras en su país y aquí mismo siga creciendo la demanda y mientras el dinero del narco no deje de ser un ingreso vital para la economías de ambos lados de la frontera. Así que, si damos por descontado que él no es ningún ingenuo y que sabe eso, entonces el verdadero mensaje fue político y fue para los priístas.

NOTAS INDISCRETAS… Hoy al mediodía Emilio Gamboa acude a registrarse como aspirante a la Secretaría General del Sector Popular del PRI. Lo hará en las instalaciones de la CNOP y llegará sin cargada y sólo con los secretarios cenopistas de los estados y los dirigentes de las organizaciones de ese sector. También se prevé que acuda a pedir registro Alberto Aguilar Iñárritu, vicepresidente de la Liga de Economistas Revolucionarios, y quien afirma tener también el visto bueno de Beltrones para buscar esa posición. Pero la posición, dicen, ya está negociada para el yucateco… César Nava ya se mueve con todo para que los magistrados del Tribunal Electoral federal le repongan el registro al candidato panista en Aguascalientes, Martín Orozco. Y es que el líder panista mostró su total ingenuidad o descuido al no prever que el gobernador Reynoso Femat tenía como as bajo la manga el proceso contra el ex alcalde que movió en el momento justo para que ya no pudiera registrarse. Nava cabildea con los magistrados federales y echa mano de todas las relaciones, conocidas y ocultas para asegurarse de que en el Trife le repondrán al PAN su candidato, ¿será que puede?.. Lanzamos los dados. Otra Escalera. Semana redonda.

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