Gracias a la labor informativa y responsable de la revista CONTRALÍNEA, nos enteramos que además de la guerra contra el narcotráfico, en México se libra otra guerra, contra la autonomía.
Los medios de comunicación oficialistas no han informado que desde hace más de seis meses la ciudad de San Juan Copala, en Oaxaca, es asediada por paramilitares, que las ráfagas indiscriminadas de AK-47 contra el principal centro político y ceremonial de la Cultura Triqui se mantienen a todas horas y que las emboscadas contra los pobladores que se atreven a salir de sus casas suceden casi a diario.
Más de 30 muertos y centenas de heridos ha dejado el sitio a una población que resiste esta guerra. La orden de los grupos armados es no dejar salir ni entrar a nadie, esperan que los triquis que optaron por la autonomía se rindan por las balas y por la ausencia de alimentos y medicinas. Antes de la llegada de los paramilitares, el Ejército y las policías abandonaron sus cuarteles. Cualquiera que intenta cruzar por montes y veredas con rumbo al pueblo de Copala, se enfrenta a las ráfagas de metralletas AK-47 y rifles R-15 que portan los grupos armados, como el que disparó la tarde del martes 27 de abril en contra de la Caravana por la Paz, que encabezaban defensores de derechos humanos y que tuvo como saldo dos muertos y una decena de heridos.
El municipio autónomo de San Juan Copala convocó para el 8 de junio próximo a una nueva Caravana Civil Humanitaria para entregar alimentos y víveres a los habitantes que permanecen cercados e incomunicados.
Después de saber esto, resulta insultante para el pueblo de México que Calderón reciba un “premio” en España por la “cohesión social” que según los banqueros, empresarios e inversionistas españoles ha logrado.
También resulta irónico que Calderón eche a andar todo el aparato de seguridad nacional en la búsqueda de un hombre desaparecido - que nada hizo por mejorar las condiciones de vida del pueblo y sí contribuyó en gran medida al deterioro de la economía nacional -, y que no haga absolutamente nada por esclarecer la embestida que sufrió la Caravana por la Paz, en la que hubo muertos y heridos a manos de los grupos paramilitares. Todo indica que el hostigamiento a este pueblo autónomo está ordenado desde la cúpula del poder, como terrorismo de Estado contra los que quieran optar la autonomía.
Son demasiados los agravios como para seguir tan desinformados y con los brazos cruzados.
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