Me dicen que el martes, en El Universal, el señor Carlos Loret de Mola, empleado de Televisa y columnista de ese diario, dijo que ningún medio ha sido más crítico con el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, que la televisora controlada por el empresario Emilio Azcárraga Jean.
Desde luego, lo anterior es mentira. Porque Peña Nieto es, sin duda, una estrella más del Canal de las Estrellas.
Televisa ha vendido a Peña Nieto a las masas utilizando la técnica de la “seducción suave”, de la que Robert Greene habla en su libro El arte de la seducción como una fórmula eficaz para vender cualquier cosa al público. Cito a ese autor.
“Despierta emociones elementales. Nunca promuevas tu mensaje con un argumento racional, directo. Esto exigirá esfuerzo a tu público, y no atraerá su atención. Apunta al corazón, no a la cabeza. Idea tus palabras e imágenes para despertar emociones elementales: lascivia, patriotismo, valores familiares. Es más fácil obtener y mantener la atención de la gente una vez que la has hecho pensar en su familia, sus hijos, su futuro. Esto la hace sentirse estimulada, elevada. Ahora tienes su atención, y el margen necesario para insinuar tu verdadero mensaje. Días después el público recordará tu nombre, y ésa es la mitad del juego. De igual forma, busca la manera de rodearte de imanes emocionales: héroes de guerra, niños, santos, animales pequeños, lo que sea. Haz que tu aparición lleve a la mente de los demás esas asociaciones emocionalmente positivas, lo que te dará presencia extra”.
“Has que el medio sea el mensaje. Presta más atención a la forma de tu mensaje que al contenido. Las imágenes son más seductoras que las palabras, y los recursos visuales —colores tranquilizadores, un fondo apropiado, la sugestión de velocidad o movimiento— deben ser en realidad tu mensaje real. El público quizá se concentre superficialmente en el contenido o moraleja que predicas, pero absorberá los elementos visuales, los cuales calan hondo y permanecen más tiempo que las palabras o pronunciamientos sermoneadores. Tus recursos visuales deben tener un efecto hipnótico. Han de hacer sentir feliz a la gente, o triste, dependiendo de lo que quieras lograr. Y cuanto más se distraiga ella con señales visuales, más difícil le será pensar claramente o percibir tus manipulaciones”.
Sí, Televisa ha vendido a Peña Nieto despertando en muchos mexicanos emociones elementales (el novio de La Gaviota no da para más) y, sin duda, en este proceso el medio ha sido mucho más importante que los mensajes, sobre todo porque el gobernador del Estado de México luego de varios años de estar en el poder no ha logrado estructurar ni uno solo medianamente coherente.
Lo que sea, un tipo así de frívolo es el principal aspirante del PRI a la Presidencia de México. Si Televisa y las autoritarias estructuras priistas se salen con la suya, la República entrará en una crisis todavía peor que la actual, y ya es decir
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