1. … paga él mismo su viaje. Al gobierno de México no le beneficiará la presencia de Felipe Calderón en la inauguración del Mundial. Si él considera que su asistencia a ese y a otros juegos es importante para motivar a la Selección Mexicana, que financie el recorrido con sus propios recursos. Tiene derecho a hacerlo, sin duda. Pero que pague con su dinero, esto es, que no aproveche su actual cargo para satisfacer las exigencias de su afición al futbol.
2. … vuela en líneas aéreas comerciales. Los aviones de Los Pinos, que no están en las mejores condiciones y cuya operación es costosísima, no deben utilizarse para un viaje de placer del señor Calderón. Le hará bien, después de tantos años de no subirse a las aeronaves utilizadas por prácticamente todos los turistas del planeta, sufrir (inclusive gozar) las esperas en los aeropuertos, los atrasos, las filas, las revisiones de migración y aduana, etcétera.
3. … viaja en primera clase después de probar que, con su salario, puede financiar ese lujo. Y que se hospede en hoteles cuyos precios puedan ser pagados con lo que gana trabajando en el gobierno. No es un viaje barato ni siquiera si se realiza en clase turista. En promedio, con la tarifa aérea más económica, pasando ocho días en Sudáfrica, incluyendo comidas, algunas diversiones elementales y las entradas a los juegos de la Selección, ese tour vale por persona unos 250 mil pesos. Si Calderón los puede pagar con su dinero, que los pague. Si no, pues que no vaya: que vacacione en otro lugar y vea los partidos en la tele. Por Televisa o TV Azteca, es decisión suya.
… solicita formalmente vacaciones al funcionario administrador de Los Pinos. Es decir, que acuda al Mundial en su tiempo libre, que viaje como un mexicano y no como representante de México
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