El domingo, desde Acapulco, Andrés Manuel López Obrador advirtió que la mafia del poder y del dinero está induciendo la idea de que con el posible regreso del PRI al poder se solucionarán los grandes y graves problemas del país, yo agregaría, que ellos mismos provocaron; y señaló que eso equivaldría, en su época, al retorno del ex presidente Antonio López de Santa Anna, que en su último periodo de gobierno entregó gran parte del territorio nacional a extranjeros, reforzó las políticas conservadoras y mantuvo los privilegios a favor de las clases acomodadas. Eso justamente es lo que hicieron los gobiernos neoliberales priístas, que ahora quieren culpar sólo al PAN de lo que han hecho entre los dos.Piensan que con tener a los medios de comunicación comprados, el pueblo se va a tragar más y más mentiras.
Desafortunadamente para ellos la gente empezó a reaccionar. La inconformidad aumenta todos los días y en todo el territorio por las políticas neoliberales, la corrupción y la impunidad de los gobiernos prianistas que tienen al pueblo y al país en un hilo. Para eso tienen armado un tinglado.
Por un lado, PRI y PAN firman acuerdos en lo oscurito para repartirse el poder y protegerse entre ellos, y por el otro, lanzan toda clase de mentiras que distorsionan la realidad. Ante cualquier manifestación de repudio a sus acuerdos, cuentan con el Ejército en las calles para reprimir a luchadores sociales, defensores de derechos humanos, defensores de nuestros recursos naturales y hasta observadores internacionales.
Total, ante la serie de asesinatos que ocurren todos los días con la mentada guerrita contra el narco, piensan que nadie cuestionará unos muertos más. Quieren vender la idea de que estábamos mejor cuando en realidad estábamos mal, tan mal que lo que ocurre ahora es consecuencia del desastre de sus malos gobiernos.
Desde Salinas remataron lo que pertenece al pueblo y a la nación, y como ellos mismos son socios y beneficiarios, pues que todo siga igual. No podemos permitir que vuelvan los culpables.Tenemos que cambiar de guerra, la nueva guerra debe ser contra los abusos, el tráfico de influencias, las complicidades, la corrupción, la impunidad, la violación permanente a los derechos humanos y ciudadanos, contra el saqueo, la pobreza, la ignorancia y sobre todo contra el sometimiento a Washington.
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