Ignacio Sánchez Galán, presidente de la compañía española Iberdrola, pionera en la construcción de parques eólicos en México, solicitó a Calderón que resuelva los “pequeños escollos” que presentan en México “grupos particulares” ante la construcción de sus parques eólicos, y se quejó además de las presiones que ejercen esos grupos. Le incomodan especialmente las protestas que han provocado sus proyectos, la más reciente por la construcción del parque eólico La Venta III, a la que se oponen habitantes de la comunidad y sindicatos.
Con una sonrisa en la cara, Calderón ofreció, tanto a él como al grupo de inversionistas españoles que lo recibieron con los brazos abiertos, poner todo su empeño para librarlos de esos “pequeños escollos” que ponen piedritas en el camino de la reconquista de México.
A pesar, o por encima, de esos “pequeños escollos”, según información de La Jornada, actualmente la inversión acumulada de España en México es de 34 MIL 942 MILLONES DE DÓLARES, es decir, 45 por ciento del total de la europea y 15.2 de la global. De modo que es el primer inversor de la Unión Europea en México, y segundo en el ámbito mundial, sólo superado por Estados Unidos.
En total, 3 MIL 200 EMPRESAS ESPAÑOLAS están en el país, según Valentín Diez Morodo, presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior.
Quien fue impuesto en la silla presidencial con el apoyo de estos maravillosos hombres de negocios, no puede sino corresponder obedeciendo. Ya encontrará Calderón la manera de acabar de una vez por todas con esos “pequeños escollos”, entiéndase pueblos indígenas, agrupaciones sindicales y sociedad civil que lucha por sus tierras y el cuidado del medio ambiente, para que los inversionistas españoles obtengan los beneficios, cuantiosos, a los que están acostumbrados desde la conquista.
En una fotografía de La Jornada, aparecen sonrientes y satisfechos Calderón y su esposa al lado de los príncipes de Asturias, mientras México se desangra. Como la bruja de Blanca Nieves que se mira en el espejo que revela la imagen no de lo que es, sino de lo que sueña ser.
El mismo quejoso, Ignacio Sánchez Galán, durante su engañoso discurso dijo que conviene invertir en México porque existe seguridad jurídica, mercado creciente, economía saneada y magníficos profesionales.
¿Así nos ven realmente quienes “arriesgan” sus fortunas en un país que carece justo de eso, o precisamente por la situación caótica en la que nos dejaron los gobiernos prianistas es que pueden multiplicar escandalosamente sus riquezas?
Pelele no es un insulto, dijo con toda razón Andrés Manuel López Obrador, es una definición.
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