martes, 6 de julio de 2010

Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto Siguiente parada: Estado de México


Tres golpes aliancistas helaron ayer el festejo priísta por un “carro completo” que se les descompletó. A pesar de haber sido los grandes ganadores de las votaciones locales del domingo, en el PRI el dulce sabor de la victoria tomó de pronto un gusto amargo: tres derrotas que abollaron el ánimo y el paso triunfal del viejo partido en tres bastiones históricos que —con todo y sus gobers preciosos y caciques— no serán más los exclusivos reservorios del voto priísta.
Con sus asegunes y el claro peso que tuvieron los candidatos, su fuerza local y sus apoyos externos —léase el trabajo de años de Gabino, el carisma de Malova y el dinero y la fuerza de Elba Esther en Puebla—, las tres alianzas demostraron, contra muchos pronósticos y escepticismos, que la cuestionada y pragmática fórmula que unió al PAN y al PRD funciona y representa un esquema viable, que puede convertirse en la némesis del dinosaurio redimido que encontró ayer un antídoto a su poderosa maquinaria.
El experimento funcionó y el engendro ideológico y político que muchos vieron en las alianzas ya dio tres pasos para encaminarse al objetivo que le dio vida: buscar una coalición electoral entre panistas y perredistas que abandere un candidato fuerte, capaz de enfrentar la fuerza y la popularidad del puntero en la carrera presidencial, Enrique Peña Nieto, en las elecciones de gobernador en el Estado de México el próximo año.
Desde ayer comenzaron las pláticas y las negociaciones entre los triunfalistas líderes del PAN y el PRD. Un César Nava que respiraba y se adjudicaba los triunfos para acabar de salvar el pellejo de sus furos críticos panistas, y un Jesús Ortega que, junto al ideólogo de las alianzas, Manuel Camacho, inhalaban como oxígeno puro los triunfos en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, y la cerrada pelea en Durango, como una prueba de que no se equivocaron, de que el DIA funciona y de que Andrés Manuel López Obrador no podrá acusarlos de fracasados ni intentar por ahora arrebatarles el partido.
En el Estado de México ya hablaban ayer de “prepararse para el peor escenario” en 2011 y a Peña Nieto, que perdió de golpe tres estados en el tablero nacional que ya ha avanzado, le sugerían comenzar desde ahora a preparar la estrategia antialiancista. Todavía el viernes, los jefes de la cúpula del PRI albergaban la idea de que podían llevarse el “carro completo”; ayer ese carro aventajó otro tramo en la avanzada ruta al 2012 y su motor rugía con la potencia del dinosaurio, pero llevaba tres abolladuras en la coraza que lo hacían lucir menos potente e impecable para alcanzar su meta.
NOTAS INDISCRETAS… Ella no compitió pero ganó. No figuró pero apostó y su apuesta le amplió los horizontes de poder. Con el triunfo de Rafael Moreno, Elba Esther Gordillo tiene ya su primer gobernador incondicional. Si la maestra ya controlaba instituciones y posiciones federales, hoy tiene su primer gubernatura —y no de cualquier estado— y eso la coloca como un factor de poder real con miras a la sucesión del 2012. ¿A quién apoyará la poderosa maestra...? Un extraño vuelco en los porcentajes de votación, junto al robo descarado de urnas ocurrido en la ciudad de Durango, serán argumentos con los que el DIA buscará revertir el cerradísimo resultado de la elección del domingo. Todo el día, afirman, su candidato José Rosas Aispuro aventajó en las encuestas de salida al priísta Jorge Herrera y sorpresivamente la tendencia cambió tras el cierre de casillas; Durango va a tribunales… Los dados se lanzan. Escalera para abrir semana.

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