Los mítines de Andrés Manuel López Obrador se caracterizan por el entusiasmo de la gente que escucha en boca de su líder palabras llenas de verdad respecto a la realidad que vive el país, y desde luego por la posibilidad de acabar con las prácticas corruptas de los gobiernos prianistas que nos han llevado a la catástrofe económica, de inseguridad, de violencia, de pobreza y de escasez de empleos. La esperanza que se renueva en cada reunión se refleja en la cara de la gente: jóvenes, adultos y ancianos se mantienen atentos a los discursos de Andrés Manuel y aprovechan cualquier espacio para gritar consignas de apoyo.
Nunca falta el clásico ¡ES UN HONOR LUCHAR CON OBRADOR! y el ¡SÍ SE PUEDE! Después del golpe que quiso darle el IFE a nuestro líder, por órdenes de la mafia del poder, la gente como que se alebrestó porque los mítines de este fin de semana estuvieron más concurridos que nunca y, además, el entusiasmo y la alegría crecieron.
No sólo porque la mayoría de los consejeros del IFE rechazaron el supuesto de que Andrés Manuel incurrió en una falta con sus declaraciones, sino porque la gente ya está cansada de las arbitrariedades y se organiza a la primera provocación. Ahí estuvieron miles de mexiquenses brindándole su apoyo y manifestando la alegría que les causa contar con su presencia.
También Andrés Manuel estuvo más alegre que de costumbre. Se le notó en la cara. La alegría inyecta energía, sólo así se explica que Andrés Manuel no se muestre ni cansado ni agobiado, a pesar de tantos recorridos por carreteras en mal estado y caminos abandonados que no han merecido de parte del gobernador Peña Nieto una capita de chapopote.
Cuando se tiene un objetivo noble y se cuenta con el proyecto adecuado para alcanzarlo, no hay poder humano que detenga su avance.Hacia allá vamos por el bien de los mexicanos y del país entero.Ese es el verdadero motivo de esta alegría compartida entre pueblo y líder.
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