En una entrevista realizada por Carmen Aristegui al escritor Rafael Loret de Mola el día de ayer, pudimos escuchar palabras muy interesantes que revelan el grado de censura que permanece en el país y que evita que los lectores conozcamos la realidad que vivimos y a los causantes del desastre.
El escritor habló de un libro que presentó en la editorial Océano, y que el director de esa editorial intentó mutilar y finalmente le negó la publicación.
La periodista lo interrogó sobre el contenido de la obra y Loret de Mola explicó que se trata del inframundo previo a la sucesión presidencial, en particular, sobre la corrupción en Los Pinos y la preocupación de que el agua se salga de su cauce ante la posibilidad de que Calderón no pueda manipular la sucesión.
Su libro también habla de los testimonios que recogió de las personas cercanas y compañeros de Felipe Calderón durante su infancia, su adolescencia y su carrera política, y que explican el porqué de su actitud desde que asumió el poder, que aunque podrían considerarse como aspectos de su vida privada, al tomar decisiones en situaciones inconvenientes afectan gravemente al país.
Loret de Mola habla del peligro que corremos en caso del continuismo político en las circunstancias actuales, y demuestra porqué el continuismo terminaría con la esperanza social y de igualdad entre los ciudadanos.
Para recuperar su texto, Loret de Mola dijo que tuvo que renunciar a ejercer acción penal contra la editorial porque de otra manera no puede recuperar su obra pero que no ha abandonado la posibilidad de una salida legal para defender la libertad de expresión.
Finalmente el libro de Loret de Mola censurado por la editorial Oceáno tal vez pueda ser publicado por otra casa editorial, lo que resulta importante rescatar de esta mala experiencia es que en México no contamos con libertad de expresión y que la censura gubernamental está muy cerca de tocar el límite.
Lo que hoy nos impiden conocer se sabrá después porque la verdad tarde o temprano sale a la luz, por experiencia lo sabemos, pero mantener un velo ante los ojos de los ciudadanos facilita las negras intenciones de los que no están dispuestos a permitir un cambio que atente contra su impunidad y sus privilegios.
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