Enrique Galván Ochoa
Por primera vez la monolítica clase empresarial mexicana probablemente llegará dividida a la elección presidencial de 2012. Sería un efecto colateral de la guerra de las telecomunicaciones que está confrontando al Grupo Slim con Televisa y TvAzteca. En 2006 la IP apoyó al candidato Felipe Calderón y el Consejo Coordinador Empresarial incluso fue más allá: actuó en contra de López Obrador. Sin embargo, ya convertido en Presidente, Calderón no ha repartido favores con sentido de equidad. Su preferencia por las televisoras es notoria, en particular por Televisa. Funcionarios de Cofetel, la Cofeco y la Secretaría de Comunicaciones que son nombrados en forma exclusiva por el Presidente aparecen como los autores de una serie de medidas tendientes a disminuir la fortaleza del Grupo Slim. Han pegado donde le duele: en los últimos meses el valor de las acciones de América Móvil y Telmex cayeron en las bolsas de valores de Nueva York y México. Algunos expertos sitúan la pérdida en una cifra impresionante: alrededor de 10 mil millones de dólares. Por ese camino, Carlos Slim podría dejar de ser el hombre más rico del mundo, aunque seguiría siéndolo de México. En cambio, el gobierno federal ha sido generoso sin medida con Televisa. Le asignó la franquicia de explotar una parte de la red de la CFE, junto a Telefónica y Megacable. También le adjudicó la licitación 21, en sociedad con Nextel, aunque la empresa de Emilio III posteriormente decidió salirse del negocio. En estos días el siempre servicial –con Televisa– Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia, dará luz verde al negocio de las televisoras para suministrar servicios de telefonía celular. En contraste, la Secretaría de Comunicaciones –Dionisio Pérez-Jacome– acaba de negarle al Grupo Slim la modificación del título de concesión de Telmex, por lo que no podrá suministrar televisión de paga a través de su cableado.
El escenario
Telmex difícilmente ganaría el título Miss Simpatía entre los consumidores. Por años han sufrido sus tarifas altas y un servicio que deja mucho por desear. Excepto el sindicato de telefonistas –Francisco Hernández Juárez–, nadie ha salido en su defensa. Incluso un sector ve con buenos ojos que finalmente un grupo poderoso, como el de las televisoras, lo confronte. Su insistencia en hacer televisión no se basa en consideraciones de tipo económico, sino por la fuerza política que ganaría. Tiene 70 millones de clientes de telefonía a los que puede suministrar televisión. Sin embargo, es tajante la oposición de Televisa y TvAzteca a que se extienda a ese mercado, y es clara la decisión del calderonismo de apoyar a las televisoras, como lo ha hecho hasta hoy.
El candidato
Televisa respaldará al candidato del presidente Calderón; el coqueteo con Peña Nieto es solo un flirt pasajero que le ha dejado importantes ingresos, pero no comparables a los beneficios que ha recibido –y todavía espera recibir– de Los Pinos. La incógnita es si el Grupo Slim apoyaría al candidato de Calderón y Televisa, aun con el riesgo de que, convertido en Presidente, continúe desfavoreciendo sus intereses a lo largo del siguiente sexenio. Arturo Elías Ayub le dijo a Carmen Aristegui que se están defendiendo en los frentes administrativos y judiciales. Quizás es el momento de que asuman que el problema también es de carácter político. La próxima elección presidencial es una oportunidad para que el Grupo Slim impulse con sus enormes recursos, dentro de la ley, a un candidato diferente al de Calderón y Televisa. Pensándolo optimistamente, hasta podría hacerle un bien a la inmadura democracia mexicana.
@Vox Populi
Asunto: Monte de la República casa de empeño
Somos un grupo de personas que tienen sus ahorros invertidos en la empresa Monte de la República Casa de Empeño que, con toda clase de engaños y mentiras, se ha negado a seguir pagando los intereses devengados y asimismo regresar la inversión en los casos en que se han cumplido los plazos de la misma. Estamos muy preocupados también al descubrir que a la cabeza de esta empresa está Jorge Hurtado Horcasitas, de muy dudoso pasado por su actuación en el Banco Anáhuac, relacionado con el Fobaproa, información confirmada por la Comisión Nacional Bancaria. Estamos desesperados ante el temor de perder nuestro patrimonio. ¿Qué podemos hacer?
Inversionistas de Monte de la República
R: No veo otra alternativa más que contraten los servicios de un despacho de abogados, demandar y por esa vía tratar de recuperar su dinero.
Asunto: la tarjeta con chip
En marzo pasado realicé mis trámites para cambiar mi tarjeta de circulación con microchip integrado. Hice todo lo solicitado: línea de captura, solicitud de cita, pago, fotocopias de documentos y demás requisitos exigidos para ese trámite, pero cuando me presenté al módulo ubicado en avenida Periférico y calle Oaxaca, frente a la Policía Federal, no sirvió de nada todo lo anterior; me hicieron llenar otro formato y me tuvieron en espera más de tres horas. Así sucedió durante cinco días más. Durante todo ese tiempo de observador pasivo vi cómo los coyotes (gestores) sacaban un promedio de 150 a 200 tarjetas de circulación por día; incluso me llegué a preguntar: ¿por qué si son tantos no les abren una ventanilla especial y dejan las otras para el público que espera de pie y a pleno sol? Es claro que Armando Quintero y sus secuaces están coludidos.
Maestro Simón Hernández/Distrito Federal
R: También está claro que no necesitábamos una tarjeta de circulación con chip; nos habían dicho que la anterior iba a ser permanente. Además, no supieron organizar la transa y ahora han tenido que escalonarla. Los pagos se harán de aquí a diciembre, según el número de placa.
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