Entre tanto comentario sobre el debate del domingo, apareció ayer en el diario La Jornada una nota sobre economía que vale la pena leer con calma. Se refiere a los subejercicios de PEMEX y de CFE, sólo en el primer trimestre de este año "electoral".
Según informes oficiales, las dos principales paraestatales del país, Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, dejaron de ejercer en conjunto un presupuesto total de 22 MIL 108.6 MILLONES DE PESOS de enero a abril, con lo que se afectaron principalmente programas de inversión física y mantenimiento de la infraestructura energética. En pocas palabras, están dejando hundir a las paraestatales que los gobiernos neoliberales pretenden rematar al mejor postor en caso de que triunfe el PRI o el PAN el 1º de julio. No es invento, lo han dicho en sus discursos los candidatos de esos partidos: fortalecer a PEMEX mediante la inversión privada para convertirla en empresa de clase mundial, como la destartalada CFE.
En esa misma nota se informa a detalle, según un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), que en el caso de PEMEX la cantidad no ejercida sumó 12 MIL 423 MILLONES DE PESOS, por lo cual se hizo menor inversión física y menor gasto de operación. En tanto en la CFE el subejercicio presupuestal fue de 9 MIL 685 MILLONES DE PESOS, que afectó el programa de operación y mantenimiento de las centrales generadoras de energía eléctrica.
¿De qué sirve la mentada “estabilidad económica” si el dinero no se utiliza para fortalecer a las empresas del Estado que pueden convertirse en palanca del desarrollo?
Lo que falta en este país no es sólo dinero sino VOLUNTAD POLÍTICA para usarlo de manera equitativa y en beneficio de la nación y del pueblo empobrecido.
Son pocos los analistas que se atreven a tocar estos temas, de gran importancia para que el electorado defina su voto. No es posible aceptar que se endeude al país como lo han hecho los gobiernos del PRI y del PAN y que no se exija que ese dinero se destine al desarrollo, a remediar los desastres naturales, a impulsar la industria nacional, la educación, el campo, el empleo, el arte, la cultura…En fin.
Las condiciones están dadas para que el 1º de julio se imponga un cambio urgente en el modelo económico neoliberal que nos condujo a esta crisis, y para decidir entre el desmantelamiento de PEMEX y la CFE, para tener el pretexto de privatizarlos, o apoyar al candidato que ha mostrado voluntad política para salvarlos y convertirlos, con la ayuda de todos los mexicanos, en palanca del desarrollo.
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