Reforma Laboral, los arreglos del poder (Segunda Parte)
Escrito por Jenaro Villamil el 05 noviembre 2012 a las 8:00 am en Sociedad
Segunda parte del reportaje original publicado en Proceso No. 1879. Consulta la primera parte aquí.
Disputa entre las Cámaras
Desde el equipo calderonista, las presiones surgieron cuando el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, aseguró que Felipe Calderón vería aprobada la reforma laboral “desde otro lugar mucho más tranquilo y más cómodo”.
Beltrones afirmó que a quien más le interesa la reforma laboral es a Enrique Peña Nieto y, sin precisar la fecha, señaló que se habría una reforma “que sea sensata, que sea equilibrada y que no perjudique a nadie”.
Beltrones argumentó que la iniciativa de Calderón había perdido el carácter de “preferente”, al ser enviada por el panista Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva del Senado, en los términos del artículo 72 Constitucional, fracción E, y que la incorporación de un artículo nuevo, el 388 bis propuesto por la perredista Alejandra Barrales y apoyada por el bloque PAN-PRD, tenía visos de anticonstitucional y generaba una “subasta de contratos colectivos”.
En el oficio DGPL 62-II-7-95, enviado el 25 de octubre a la Cámara de Diputados, Cordero afirma que “para los efectos del artículo 72 constitucional” se envía el proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo.
El equipo jurídico de Beltrones argumentó que, en lugar de citar el artículo 71 constitucional, reformado recientemente para permitir que el Ejecutivo federal presente dos iniciativas preferentes al inicio de cada periodo ordinario de sesiones al Congreso, Cordero citó el artículo 72 constitucional.
En respuesta, Cordero negó que hubiera cometido alguna pifia, error o confusión en la fundamentación legal para enviar la minuta de la reforma laboral a la Cámara de Diputados.
“Las dos mesas directivas turnaron y regresaron las minutas con el mismo fundamento legal: el artículo 72, inciso E, de la Constitución”, afirmó el ex secretario de Hacienda calderonista.
En clara referencia a las declaraciones de Beltrones, Cordero argumentó que “quien quiera sembrar que ahí hubo un error lo hace con muy mala fe. Actuamos de acuerdo a lo que establece la Constitución”.
En este juego de dimes y diretes, el único que se mantuvo callado fue el priista y presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, Jesús Murillo Karam, contraparte de Cordero. Murillo, perteneciente al equipo cercano de Peña Nieto, no entró a la polémica de si se “enfriaba” o “congelaba” la iniciativa preferente.
Para ese momento ya estaban las negociaciones entre Peña Nieto y Calderón Hinojosa. Los equipos de ambos acordaron que lo importante era votar y promulgar, antes del 1 de diciembre, la iniciativa de reforma laboral, y evitar más tensiones con el sector empresarial que había empujado y presionado para concretar estos cambios.
Específicamente, el arreglo entre Peña Nieto y Calderón tuvo como objetivo cumplir con los acuerdos con el Consejo Coordinador Empresarial, encabezado por Gerardo Gutiérrez Candiani, y con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamín), encabezada por el empresario mexiquense Francisco J. Funtanet, ex secretario de Desarrollo Económico y amigo personal de Enrique Peña Nieto.
Finalmente, el pleno de la Cámara de Diputados turnó a la Comisión de Trabajo, presidida por el cetemista Carlos Aceves del Olmo, la minuta de reforma laboral modificada y votada en el Senado el pasado 23 de octubre. Beltrones advirtió que “en una o dos semanas” la iniciativa sería discutida y aprobada en el pleno.
En entrevistas radiofónicas, Beltrones declaró que la comisión del Trabajo en la Cámara de Diputados “tiene 45 días de plazo. Estoy seguro que no va a tardar tanto, es posible que sea cuestión de una semana o dos semanas”.
Artículos en Discordia
Versiones del equipo negociador, consultadas por Proceso, prevén que la negociación se concentre en dos artículos: el 371 relacionado con la democracia y la transparencia sindicales, y el 388-Bis, sobre los contratos colectivos de trabajo.
A propuesta del PAN el Senado, se aprobó la siguiente redacción en este artículo al establecer que para elegir a sus dirigentes, los estatutos de los sindicatos contendrán:
“IX Número de miembros de la directiva y procedimiento para su elección que deberá ser mediante voto libre, directo y secreto”.
Las centrales sindicales priistas han presionado para que en lugar de la última frase se establezca que “deberán ser mediante voto libre y/o directo y secreto”. De tal manera, se respetarían otras formas de elección indirectas, argumentan.
Las diferencias principales se centran en el artículo 388-Bis, descalificado por el PRI y algunos sectores empresariales por considerar que generará inestabilidad laboral al poner a consulta los contratos colectivos de trabajo. PAN y PRD han argumentado que existe un “candado” legislativo para evitar que se genere una “subasta” de contratos.
El candado establece que el sindicato que negocie el contrato colectivo de trabajo debe garantizar un mínimo de las dos terceras partes por ciento de los agremiados. Así se establece en los incisos e) y g) del artículo que no venía originalmente en la iniciativa de Calderón:
“e) La decisión de los trabajadores a favor de alguno de los sindicatos solicitantes deberá adoptarse por el voto de la mayoría relativa de participantes con derecho a voto, siempre que la suma de votos a favor del o los sindicatos solicitantes represente la tercera parte a más del total de los trabajadores al servicio del patrón…
“g) La decisión de los trabajadores en contra de la celebración de un contrato colectivo deberá adoptarse por el voto de cuando menos las dos terceras partes de los trabajadores con derecho a voto”.
El punto medular de la diferencia en este artículo está en el inciso a):
“Mediante el voto libre, directo y secreto los trabajadores podrán elegir entre los sindicatos solicitantes o manifestar su oposición a la celebración de contratos colectivos de trabajo”.
En cualquier caso, si la Cámara de Diputados modifica o rechaza alguno de estos dos artículos, tendrá que regresar al Senado. El PRI sumó su voto a favor de los cambios en cuatro artículos: 364 Bis, 365 Bis, 391 Bis y 424 Bis. Falta saber si ratifican este voto en San Lázaro.
El Regaño a Gamboa
El reacomodo de posiciones dejó mal parados a Beltrones y, sobre todo, a Gamboa Patrón, quien cometió la pifia de declarar que Peña Nieto mandaría su propia iniciativa de reforma laboral, a partir de que tomara el poder el 1 de diciembre próximo.
Públicamente, Beltrones lo contradijo y Navarrete Prida les informó a ambos que el interés del equipo de Peña Nieto era aprobar y publicar la iniciativa discutida desde el 1 de septiembre en ambas Cámaras.
“En el caso de reforma laboral, hablando con el presidente electo, lo único que recibí fueron comentarios favorables acerca de que pudiéramos desahogar la iniciativa preferente que envió el actual gobierno”, declaró Beltrones.
“Me dijo que lo hiciéramos sin egoísmos y sin vanidades, siempre pensando en que México necesita esa reforma y con ella podremos alcanzar mayor competitividad”, abundó.
La columna “Bajo Reserva” de El Universal, publicada el 1 de noviembre, relató así el regaño a Gamboa Patrón:
“El senador yucateco no vio la suya. Le llovió toda la mañana por aquello de que el presidente electo Enrique Peña Nieto iba por su reforma laboral. Sus declaraciones movilizaron al grupo mexiquense y al coordinador d los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, para corregirle la plana.
“No hay tal proyecto porque don Enrique cruzó comunicaciones con Beltrones para sacar adelante la minuta que está en San Lázaro. El caso es que el grupo de Emilio Gamboa Patrón no sabía dónde esconder al líder de la bancada del Senado. No va a salir a los medios en lo que resta de la semana ni la siguiente, argumentaba. El jalón de orejas a don Emilio fue de antología, nos comentan”.
Con más sentido del humor, el senador perredista y ex jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas concluyó que las diferencias en torno a la reforma laboral constituyen “un pleito interno” entre Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones “que buscan definir ante Peña Nieto quién será su interlocutor en el Congreso”.
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