jueves, 18 de febrero de 2010

López Obrador y Ebrard superiores a Peña Nieto, Beltrones y Cordero---Federico Arreola

Felipe Calderón quiere hacer candidato del PAN a la Presidencia, en 2012, a Ernesto Cordero, actual secretario de Hacienda. Es lo que se piensa en los círculos de poder. Resulta, así, de lo más gracioso hablar con personas cercanas a Los Pinos: invariablemente cuentan con satisfacción que vieron al señor Cordero en tal o cual reunión y añaden, con orgullo, que se llevan muy bien con este “tipazo”.


En lo personal, no le veo ningún chiste a don Ernesto Cordero. Creo que ha hecho muy mal su trabajo en el gobierno y que fracasará en Hacienda. Si me preguntaran, afirmaría que Cordero es todavía más incompetente que Carstens, y ya es decir.


Hay otros aspirantes a la Presidencia, no tan malos como el mencionado, en el Partido Acción Nacional (Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio, Santiago Creel, hasta Mauricio Fernández), pero es Cordero el que quiere imponer Calderón. Buena noticia, pues, para el PRI y para la izquierda.


En el PRI, a veces parece inevitable la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, pero curiosamente en otras ocasiones parece inevitable que se la quite Manlio Fabio Beltrones. Ninguno de los dos, en mi opinión, sería un candidato competitivo en 2012. Es que Peña Nieto, a pesar de su elevada popularidad, por su mal trabajo y por su personalidad tan frívola puede ser destruido con facilidad. Y Beltrones, no obstante su fama de duro entre las elites que desean verlo en Los Pinos, abajo, entre la gente, nomás no prende; le falta arrojo para despeinarse y actuar en público menos como un político profesional pasado de moda y más como un amigo de los ciudadanos comunes y corrientes, algo que de plano no se le da.


En la izquierda, como es sabido, la candidatura presidencial no la definirá la burocracia echada a perder del PRD ni lo que puedan o no opinar los dirigentes del PT y Convergencia a los que les falta base social, sino el acuerdo al que lleguen dos políticos relevantes: Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón.


Personalmente estoy con AMLO, y si este no es candidato no participaré de ninguna manera en el proceso electoral de 2012. Creo que, en las actuales circunstancias, él es el político que México necesita en la Presidencia: honesto, con carisma, enérgico, con liderazgo, un Lula, pues. Ni en sus peores momentos ha estado por debajo del 20 por ciento de la preferencia electoral. Es decir, la guerra sucia que dura ya más de tres años no ha logrado ni remotamente destruirlo. De ahí no va a bajar y, con una buena campaña (en la que, sobre todo, diga lo que de verdad piensa del dictadorzuelo Hugo Chávez) crecería lo suficiente para aspirar a la victoria en 2012.


El otro aspirante izquierdista a la Presidencia, Marcelo Ebrard, a quien no apoyo, es un político serio, competente, preparado y con experiencia. Es menos popular que López Obrador, pero si entre ellos se acordara que el candidato es Ebrard y no AMLO, el presidente legítimo podría transferirle sin muchos problemas a buena parte de sus seguidores. Con una eficaz campaña, en la que, sobre todo, deseche el pragmatismo insultante de su mentor Manuel Camacho Solís, estaría en posibilidades reales de ganar las próximas presidenciales.

Así veo las cosas.

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