martes, 19 de octubre de 2010

Se equivocó Andrés Manuel con @M_Ebrard y Manuel Camacho Federico Arreola


Anoche me entrevistaron en el programa de MVS Radio "Las del estribo", que es, según su perfil en Twitter (@lasdelestribo) un "noticiero ameno con un toque de humor conducido por Fernanda Tapia, Luis Cárdenas y César Filio". Me pidieron mi opinión sobre Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubón y Manuel Camacho Solís. La di con franqueza.


Palabras más, palabras menos dije que López Obrador se equivocó al apoyar a Ebrard para que este llegara a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Dije también que AMLO cometió un error, grave en mi opinión, al haber aceptado en su equipo de campaña en 2006 a Manuel Camacho.


Admití que Cuauhtémoc Cárdenas, en el tema de Ebrard y Camacho, realizó un mejor juicio que Andrés Manuel, si no por otra cosa, porque Cárdenas nunca estuvo de acuerdo con la relevancia política que el tabasqueño dio a esos dos personajes tan ligados a Carlos Salinas de Gortari antes de 1994.


AMLO falló por haber dado tanto poder a dos tipos con vocación de traidores. Ahora, López Obrador en el pecado está llevando la penitencia. Es que, cuando más avanza el movimiento de resistencia civil de Andrés Manuel, más lo sabotean desde la jefatura de gobierno del DF los señores Ebrard y Camacho que están empeñados en favorecer, desvergonzados, al PAN y a Felipe Calderón.


A las personas de @lasdelestribo que me entrevistaron les dije que no puedo, por ningún motivo, apoyar las ambiciones de Marcelo Ebrard y Manuel Camacho, dos de los políticos que más chueco le jugaron a Luis Donaldo Colosio antes del asesinato del sonorense.


Como Donaldo fue mi amigo, el mejor amigo que he tenido; como me trató siempre con generosidad y respeto; como estuve, en marzo de 1994, en el sitio en el que fue abatido por las balas de la traición y del odio, no puedo ni debo respetar a Camacho y a Ebrard que tan chuecos se mostraron en aquella época.


Si en 2006, por respeto a AMLO, traté más o menos con cordialidad a Camacho y a Ebrard, ya no puedo hacerlo. Cuando, hace cuatro o cinco años, los vi en el equipo de López Obrador, pensé que esos dos intrigantes habían cambiado. Hoy está claro que me equivoqué.


Es que, carajo, los principales enemigos del movimiento de cambio democrático encabezado por Andrés Manuel no están en el PRI o en el PAN, sino en el PRD y en el gobierno del Distrito Federal. Son los chuchos, sí, pero también (y sobre todo) los insidiosos Camacho y Ebrard que ya probaron que están dispuestos a cualquier cosa con tal de evitar que el proyecto de AMLO prospere.


En 1994 traicionaron a Colosio. Hoy traicionan a López Obrador. Luis Donaldo no tuvo la culpa porque no les regaló ninguna clase de poder. Andrés Manuel sí la tiene, por haberlos resucitado. Ojalá que la historia no se repita.

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