El "honorable" presidente de la "honorable" Cámara de Senadores, Ernesto Cordero Arroyo - quien aseguró que con seis mil pesos mensuales puede salir adelante un trabajador y ofrecer a sus hijos alimentación, educación, vestido, esparcimiento y atención médica -, informó que las sesiones para abordar la iniciativa PREFERENTE para modificar la Ley Federal del Trabajo se llevarán a cabo en donde haya condiciones para ello, en vista de que por más de seis horas se presentaron protestas contra la "reforma" laboral en las inmediaciones de ese órgano legislativo.
Las sedes alternas pueden ser: Xicoténcatl 9, Paseo de la Reforma 135 o cualquier inmueble del Distrito Federal donde existan condiciones. Desde luego no explicó qué condiciones necesitan los Senadores para trabajar. Y agregó que en el caso de que ninguna de esas instalaciones cuente con garantías de seguridad, se autorizará a la Mesa Directiva para que realice las sesiones en un lugar indefinido y comunique los resultados a los 128 Senadores a través de un comunicado.
No entendí nada.
O sea que los integrantes de la Mesa Directiva pueden sesionar hasta en su casa y luego comunicar al resto de los senadores lo que acordaron.
Los Senadores piden condiciones y garantías para poder avalar, en perjuicio de los que protestan, una "reforma" inconstitucional que claramente beneficiará a los patrones sin pensar en las consecuencias que acarreará al resto de la población.
En concreto, ¿qué es lo que piden? ¿Qué no haya ruido que haga tambalear su conciencia? Porque las condiciones para la fechoría están dadas.
Mientras las protestas y demandas sean minimizadas por los medios de comunicación y retraídas por los elementos de seguridad, no pueden decir que no hay condiciones.
Si los Senadores pretenden que el sector de la población que ha tomado conciencia guarde silencio de lo que están a punto de avalar PRI y PAN en contra de la clase trabajadora, piden demasiado.
Al menos dejen que la gente haga el último esfuerzo por detener un retroceso para el país y una canallada más en contra de quienes se levantan todos los días con la esperanza de un cambio que nos permita aspirar a un futuro mejor
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