Cuando los priístas dicen “¡vamos por todo!”, lo que dicen en realidad es que para intentar volver a la Presidencia en 2012 —y retomar desde ahí el control del poder y del erario federal que detentaron por 70 años— no piensan escatimar nada. Si tienen que estar unidos a pesar de las abismales diferencias e intereses de grupos, lo harán; si tienen que pactar y negociar un reparto de posiciones de gobierno, lo harán; si tienen que recurrir a su histórico catálogo de mañas y trucos electorales y cooptación de votos, lo hacen.
Pero si algo no son los priístas es ingenuos, y saben que un retorno al poder como el que buscan requiere recursos. Y ¿de dónde sacan el dinero para el camino a 2012 con triunfos en gubernaturas, alcaldías y congresos locales?
Desde el 2008, cuando las encuestas comenzaron a registrar un fuerte repunte de la votación del priísmo en los estados y su intención de voto comenzó a dejar atrás al PAN y al PRD, la cúpula del PRI trazó un plan financiero para buscar garantizar triunfos en las elecciones locales y de esa forma construir un eventual retorno a la Presidencia. Cada gobernador debía “colaborar” para financiar campañas con una aportación mínima de 10 millones de pesos. La mecánica diseñada y que se ha venido aplicando en elecciones locales, es que en cada proceso estatal que hay tienen que “cooperar” los gobernadores que no tienen elecciones para apoyar las campañas en los estados que sí las tienen.
Los gobernadores triangulan recursos para desviarlos a las campañas en otros estados, por lo que difícilmente a un mandatario le podrán probar que desvía recursos en su propio estado. Así, en este momento, entidades como el estado de México, Nuevo León, Coahuila, Nayarit, Campeche, Colima, San Luis, Tabasco y Querétaro estarían aportando recursos para “reforzar” las campañas priístas en los 12 estados que renovarán gubernaturas el 4 de julio.
Basta ver el derroche de recursos y cinismo en las campañas actuales —incluidas las de PAN y el PRD que hacen lo mismo— donde los mandatarios priístas están gastando a manos llenas sin escatimar recursos en publicidad, en pagos y sobornos para cooptar votos sin que nadie, ni el IFE ni las autoridades electorales locales, hagan absolutamente nada para frenar el grotesco dispendio y derroche que se ve en estos comicios.
NOTAS INDISCRETAS… El consejero de la Judicatura, César Jáuregui, confirma que sí lo buscó en su oficina el abogado de la SCT, Gerardo Sánchez Henkel, por las impugnaciones a las licitaciones de radiofrecuencias; sin embargo, dice que no lo recibió él sino su secretaria particular y el consejero aclara que, como miembro de la Judicatura, su función es “garantizar la independencia de magistrados y jueces federales, quienes tienen la responsabilidad constitucional de resolver con base en las leyes y en la verdad jurídica de los litigios, y por lo tanto, no admite presiones de las partes en conflicto ni línea de ningún tipo”. O lo que es igual: Molinar, no insistas… Paran los dados. Otra Escalera.
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